AFP/Hugues Honore
WASHINGTON    La economía estadounidense perdió en mayo menos puestos de trabajo que en meses anteriores, pero la tasa de desempleo experimentó una subida preocupante, alcanzando su nivel más alto en más de un cuarto de siglo.

Según cifras corregidas con las variaciones estacionales publicadas el viernes por el departamento del Trabajo, el número de pérdidas de empleo este mes cayó a 345.000, contra 504.000 en abril y una media de 643.000 en los seis meses anteriores.

Pero esta tendencia positiva no atenúa el efecto de  la tasa de desempleo  que subió medio punto en un mes, a 9,4% contra 8,9% en abril, alcanzando su nivel más alto desde agosto de 1983. En la época del pleno empleo en marzo de 2007, la tasa era de 4,4%. Esta subida más rápida de lo esperado pone en duda las previsiones de la Reserva Federal que pronosticaba un desempleo entre 9,2% y 9,6% de la población activa este año.

El vicepresidente Joe Biden dijo que aunque son «duros», los datos de desempleo incluyen algunas «señales alentadoras» de que las «medidas para poner la economía nuevamente en marcha comienzan a tener efecto».

El departamento del Trabajo censaba 14,5 millones de estadounidenses desempleados en mayo, contra 13,7 millones en abril. Este aumento  se explica por las pérdidas de empleo y por el incremento de la población económicamente activa.

En efecto, 5,9 millones de personas que declaran estar buscando empleo no están incluidas en las estadísticas por diversas razones.

«Continuamos preocupados por el número de desempleados en Estados Unidos. Una tasa de desempleo a ese nivel no es aceptable», comentó durante una conferencia telefónica la secretaria del Trabajo, Hilda Solis.

Los analistas que pronosticaban en mayo cifras de destrucción de puestos de trabajo mucho peores (520.000), pero una tasa de desempleo menos elevada (9,2%), reaccionaban con prudencia.

«Incluso si es una mejora en relación a los meses anteriores, la bajada del número de empleos en mayo sigue siendo considerable y lleva las pérdidas acumuladas desde el inicio de la recesión a seis millones», destaca Aaron Smith, de la empresa de análisis económicos Moody’s Economy.com.

Pero según Peter Kretzmer, de Bank of America, «se trata claramente de una buena noticia ya que todos los indicadores de la economía, incluidos los del mercado de trabajo, se degradan menos rápidamente».

Nadie se aventura a pronosticar cuando se volverán a crear empleos en Estados Unidos. Steven Ricchiuto, de Mizuho Securities dice que la recuperación económica aún no tiene fecha.

Pide cese de despidos en PR

Sindicatos y grupos sociales pidieron ayer en una de las manifestaciones más importantes que se recuerdan en la reciente historia de Puerto Rico el cese del plan de despidos del Gobierno y un giro en la política del Ejecutivo de Luis Fortuño. Miles de manifestantes pertenecientes a sindicatos, profesores de escuela, camioneros, artistas, representantes religiosos y la oposición se unieron en la denominada coalición “Todo Puerto Rico por Puerto Rico” para formar parte de la Asamblea Nacional del Pueblo que marchó ante el Capitolio, la sede del Legislativo.

El obispo metodista Juan Vera, portavoz de la coalición, dijo tras concluir la marcha que según las estimaciones de la Policía asistieron a la manifestación cerca de 100.000 personas, cifra hasta ahora inédita en el país caribeño para un acto de este tipo.

Vera destacó que se superaron todas las expectativas y que el esfuerzo sirvió para que Fortuño, del Partido Nuevo Progresista (PNP), haya accedido a reunirse con representantes de la coalición la próxima semana para analizar, conjuntamente, la situación por la que atraviesa el país.

El apoyo a la manifestación fue rotundo en cuanto a representación sindical, a la que hay que sumar la oposición en bloque e incluso la Iglesia Católica, que a través de la Conferencia Episcopal emitió un comunicado en el que se solidarizó con quienes perdieron sus empleos.

La marcha contó en sus primeras filas con la presencia del presidente del opositor Partido Popular Democrático (PDP), Héctor Ferrer, y del secretario general del Partido Independentista (PIP), Juan Dalmau, unidos contra el plan de despidos que ampara la Ley número 7 del 9 de marzo de 2009.