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Nos proponemos ofrecerles a nuestros amables lectores una descripción de los problemas críticos que afectan a nuestro sistema de instituciones de educación superior y, al hacerlo, destacar los factores estratégicos que definen su porvenir. Entre los más importantes acaecidos a partir de la década de los años cincuenta del pasado siglo 20, se destacan: la gran expansión cuantitativa del sector; su notable diversificación institucional; al aumento de la participación del sector privado; el incremento de la internalización; el cambio de actitud de los gobiernos; y los esfuerzos de transformación de algunas universidades, entre otros. También, conviene apuntar que la composición de la población estudiantil varió sustancialmente en ese mismo lapso de tiempo, no solo en lo referido a la incorporación de nuevos grupos de edades (económicamente activa y de tercera edad) sino también respecto a sus necesidades educativas y su disponibilidad de tiempo para la formación. Pero, ese enorme crecimiento de la matrícula estudiantil tuvo lugar sin que aumentara simultáneamente la capacidad de formación de profesores en la región. Pese a la expansión de las tasas de escolarización básica, la calidad y pertinencia de le educación proporcionada continuo siendo inadecuada aquí y en algunos de los países de la región.
En las últimas décadas se han venido sucediendo profundas trasformaciones en los distintos sectores económicos y sociales de algunos países de la región (Nicaragua, Perú, Venezuela, Bolivia, entre otros) y el educativo no escapa a esos cambios. Sin lugar a dudas, el panorama de la educación terciaria ha variado bastante en los últimos años. Compartimos las afirmaciones del científico mexicano Salvador Malo, participante en el diseño y elaboración del Sistema Nacional de Investigadores de México, cuando, entre otros, expresa que “para definir qué cambiar y qué conservar en nuestras universidades debemos partir de un claro conocimiento de sus actuales condiciones y establecer, después, cuál es el perfil que deseamos para ellas”. Es que desde las últimas décadas del pasado siglo 20 hasta nuestros días se han venido haciendo diversos esfuerzos por reunir y uniformar las informaciones pertinentes y han surgido diversos estudios y ensayos respecto de las características, problemas y tendencias de la educación superior en la América Española y en la Región del Caribe. Trataremos de hacer uso de todos ellos, incluyendo los recopilados en proyectos no terminados
¿Cuál es el perfil que deseamos para la educación superior de la República Dominicana? ¿Qué hacer para lograrlo?
El Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030 propuesto por las principales autoridades del sector y por todo el liderazgo político nacional , establece un marco para una amplia reforma de nuestro sistema de instrucción pública que tardará algunos años en concretarse. Es difícil prever con certeza cuál será el resultado de materializar las innovaciones contenidas en dicho pliego. No nos cabe la menor duda de que en el trascurso de sus aplicaciones hará falta introducir correcciones, por lo que será necesario las evaluaciones que se llevan a cabo a lo largo de un proceso, hasta hoy, dirigidos por personas no muy conocedoras de la materia en cuestión,
Como lo expresara la doctora Denise Vaillant, consultora de varios organismos internacionales, “mejorar la calidad de la enseñanza y enseñar mejor siguen siendo unos de los principales objetivos de la educación. Otro, tan importante los anteriores, es conseguir que esa calidad de enseñanza llegue a todos los alumnos, es decir que haya mayor equidad educativa”
El sistema dominicano de instituciones de educación superior que todos deseamos es el integrado por un conjunto de organismos con una misión bien definida, con estructuras curriculares flexibles y cuerpos académicos sólidos, y que descansen en una gestión eficiente y eficaz.