Desgracias gratuitas para el campo

Desgracias gratuitas para el campo

Los hombres del campo hemos venido sufriendo una serie de enfermedades en los cultivos, árboles y hasta en animales, todo esto por la permisibilidad de nuestras autoridades que no ejecutan estrictas medidas cuarentenarias y no las toman, amparándose en los convenios de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los tratados de libre comercio de los cuales somos miembros.
En esta ocasión nos vamos a limitar a enfocar las enfermedades que se han afectado a los árboles, especialmente los forestales y frutales. Posiblemente la más grave de todas es la denominada huanglongbing, que ha diezmado los árboles de naranja, limón y otros cítricos en todo el territorio nacional. Esto ha traído como consecuencia la merma de productos nacionales frescos y la disminución de las exportaciones. Esto se ha reflejado en el abandono de parte de los productores de los sembradíos, lo cual ha incidido sobre los precios, al extremo que un limón criollo se venda por veinte pesos.
El café es otro producto que otrora era orgullo del dominicano y hoy lo estamos importando hasta de Vietnam. Todo esto por descuido de las autoridades de Agricultura, que cuando el brote de roya se descubrió en la sierra de Neiba, no lo combatieron a tiempo y hoy esta enfermedad se ha expandido diezmando los cafetales, debiéndose importar semillas de cafetos resistentes a este mal, lo cual significa que debemos esperar unos tres años en pensar en el renacimiento de nuestra caficultura.
A esta enfermedad se le agrega la broca, insecto volador que penetra en el grano y lo devora hasta dejar el globo vacío.
Los platanales y bananos (guineos) han sido atacados por la sigatoka, una enfermedad mortal para las matas. Todo esto se refleja en el precio y los requisitos para la exportación, ya que los importadores son tan estrictos en la compra, que desechan cualquier empaque que contenga indicios de haber sido atacado por nematodos y picudos. Con la escasez de plátanos, se permitió la importación de unidades verdes desde varios países latinoamericanos. Esto no se aquilató, ya que pudieron venir acompañados de la enfermedad denominada Moko bacterial, fatal para las musáceas. Lo que se debió fue sugerir u obligar a los dominicanos ¡como no hay plátano, coman yuca, yautía o batata!
Por la prensa nos hemos enterado de que una plaga afecta a miles de pinos en la cordillera central, lo que ha provocado la muerte de los árboles causando pérdidas millonarias a la floresta nacional, especialmente en los proyectos de La Celestina, La Mansión, Juncalito, Jánico, Monción, Jarabacoa, Santiago Rodríguez y Dajabón.
La plaga IPS Calligraphus, un insecto barrenador que ha puesto en peligro, no solo el denominado Plan Sierra, sino los bosques de pinos según los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente, es debido a la fuerte sequía que como consecuencia del cambio climático ha asolado a todo el territorio de la República.
Pensábamos que ya no cabía otro mal para los cafetales. Sin embargo, últimamente hemos notado, sobre todo en nuestra plantación, que el árbol denominado guama o guaba, que es la sombra natural de los cafetos, producto de un insecto barrenador, está secando los árboles adultos a un ritmo ascendente. No somos conocedores de las plagas, pero creemos que al insecto se le llama en Brasil Chryosomelidae. Como los expertos de Medio Ambiente están investigando en los pinos ayudados por técnicos alemanes, deberían investigar esta nueva plaga que hemos comprobado, que no solo ataca a las guamas, sino también a las amapolas.
La guama es el árbol sombreador por excelencia del cafeto. Si no se detiene a tiempo este brote los cafetales sufrirán aún más debido a la roya, la broca y ahora “el incógnito”, que seca los árboles adultos.
El cacao también sufrirá, ya que el árbol sombreador y fertilizador es la amapola, si se secan, sufrirá la producción cacaotera. Con la zika para los humanos teníamos bastante, ahora con la de los árboles, como dicen los que juegan dominó: “cuadramos a seis”.

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