Felicidad y esperanza, dos sentimientos que tiene en común la comunidad católica de Baní, con la designación de monseñor Víctor Masalles Pere como obispo de esa diócesis.
Tras valorar las cualidades del sacerdote, los feligreses dijeron sentirse afortunados de que Dios permitiera fuera este el enviado.
Entienden que este tiene por delante, el reto de unificar la Iglesia Católica y continuar la lucha contra los males que afectan esas localidades, como la drogadicción y la delincuencia, además del deterioro de los recursos naturales.
Reconocen en él un religioso de posiciones firmes, y eso les anima.
José Miguel Germán, presidente de la Alianza Banileja, dice esperar que la presencia del monseñor produzca un cambio beneficioso en la religiosidad del pueblo banilejo y que promueva la participación de la Iglesia en los asuntos sociales de la comunidad, pues entiende, se notaba cierta ausencia.
“Precisamente uno de los puntos fuertes de Masalles es esa, la parte social, por lo que el pueblo le espera con mucho cariño”, expresó el activista cultural, quien dijo hay muchos problemas del microtráfico de droga, que está haciendo mucho daño, sobre todo en comunidades que tuvieron principios católicos.
Recordó que la Iglesia siempre ha sido un freno moral contra esto y que la prédica, a la que se aferró Masalles, siempre penetra.
El empresario Manuel Pozo Perelló destacó la importante hoja de servicio que ha tenido el obispo en la Iglesia, por lo que es de esperarse que haga un buen trabajo.
El alcalde de Baní, Nelson Landestoy, quien primero introdujo las problemáticas que tiene esa localidad, espera que Masalles siga teniendo la conexión con el pueblo, que ha cultivado por todos estos años.
“Esperamos que él nos una, porque estamos un poco dispersos, y creemos que él lo hará”, auguró la señora Aurora Falcón.
Tras 19 meses esperando un obispo, la feligrés Belkis Arias se muestra satisfecha de que fuera precisamente este, el que encaminará de ahora en adelante la comunidad.
Explicó que aunque en esa comunidad se continuaba trabajando con los párrocos, la figura del obispo hacía falta para que les dirija.
Ella, al igual que Marina Andújar, creen que el pueblo se llena de esperanza al escuchar de este su sed por estar cerca de los fieles y unidos, y echar a Baní adelante.