Corrían los finales del 1911 cuando el niño Ernesto Vitienes Lavandero, de 11 años de edad, emprendió un viaje desde su tierra natal, España, hacia República Dominicana en compañía de su tío Francisco Lavandero González, un hombre de negocios establecido en el país.
A casi un siglo de esa travesía, y a 21 años de su muerte, el Ayuntamiento del Distrito Nacional lo honró por sus más de setenta años trabajando en el sector comercial e industrial del país, designando la calle I de Arroyo Hondo con su nombre.
Para dar a conocer formalmente la designación y desvelar una tarja en su honor, fue organizado un acto en la misma vía, encabezado por el presidente de la República, Leonel Fernández y la vicesíndica, Alexandra Izquierdo. Además el embajador de España, Diego Bermejo y el alcalde de Santa Eulalia de Cabranes, Asturias, Alejandro Vega, entre otras autoridades.
Pese a la constante llovizna, un nutrido grupo de invitados, entre ellos conocidas personalidades, acompañó a los hijos de don Ernesto: Mercedes, José y Ernesto Vitienes Colubi, así como a nietos y demás familiares.