Aunque América Latina no es la región más pobre del mundo, sí es la más desigual y ello es una amenaza que pende sobre la estabilidad democrática. No es lo mismo pobreza que desigualdad; esta se determina por la magnitud de la brecha en la distribución de la riqueza entre los sectores más ricos – absolutamente minoritarios – y los más pobres – absolutamente mayoritarios -.
La Base de Datos del Banco Mundial muestra la escala de los países más desiguales del mundo y en América Latina y el Caribe. Los cinco primeros son africanos e inmediatamente son seguidos por cinco latinoamericanos: Honduras, 6; Colombia, 7; Brasil, 8; Guatemala, 9; Panamá, 10, y en el lugar 14, quizás para sorpresa de muchos, Chile. (A estas alturas sé lo que se están preguntando queridos lectores: hasta 2013 la República Dominicana estaba en cuarta posición entre los más desiguales, pero fue desplazada positivamente por Colombia y Panamá). Todos estos países pierden varias posiciones en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD precisamente por el problema de sus niveles de desigualdad.
Múltiples estudios demuestran que no necesariamente países pobres son más desiguales que otros más ricos. La pobreza se determina con el ingreso medio de la sociedad, mientras que la desigualdad se correlaciona con la distribución de ese ingreso. No es el ritmo de crecimiento lo que es decisivo; hay países que se han mantenido con altos índices de crecimiento que, sin embargo, siguen siendo desiguales e, incluso, se han convertido en más desiguales. Un ejemplo es Panamá; ha crecido en diez años a un promedio de 7% – 5.8% en 2015 -. Hay datos, que he manejado en otros artículos, que presentan la alta concentración de la riqueza, lo que es determinante en el nivel de desigualdad. Para que se pueda ver en un mejor contexto el impacto social de la desigualdad observemos estos datos: En Honduras los niños más pobres llegan, en el mejor de los casos, a 4 años de educación, y los más ricos a 10 y más; en Colombia el 10% de los más ricos absorben 4 veces más que el 40% más pobre y, datos del 2010, el 77.6% de la tierra la posee el 13,7% de los propietarios; en Brasil, el 5% más rico tiene el 44% del ingreso total del país- todavía es peor si se tiene en cuenta que la evasión fiscal se estima en 13,4% y la economía en la sombra del 39%; el modelo recurrente de crecimiento en la región ocupa el 14 lugar del mundo entre los países más desiguales, de acuerdo con el Banco Mundial, y el sexto en la región: el 10% más rico capta un ingreso 27 veces superior al 10% más pobre. Sin embargo, varios de estos países han reducido la pobreza pero son más desiguales. Para el Banco Mundial en algunos casos el problema está en una baja recaudación fiscal, pero no se tenga dudas de que en casi todos los casos el problema más grave es la evasión.