Desigualdad interna en la educación pública

Desigualdad interna en la educación pública

La importancia que tiene una educación de calidad en el desarrollo humano es reconocida por nuestros gobernantes, ministros/as  en toda la región.

El Presidente Fernández lo ha reiterado en sus discursos internacionales y nacionales aun cuando justifica el incumplimiento de la ley que otorga el 4% del PIB a educación.

La cantidad de horas-clases es uno de los aspectos relevantes para lograr una educación de calidad junto a muchos otros factores vinculados a estrategias metodológicas, acompañamiento, material didáctico, capacitación docente, ambiente escolar, gestión de centros, entre otros.

En la educación pública existen grandes brechas de desigualdad, tanto en la educación básica como en la educación media.

En la educación media tenemos que existen los centros de excelencia que son un grupo reducido de 20 centros distribuidos en la geografía nacional; en ellos el estudiantado recibe ocho horas de clases diarias, con un promedio al mes de 160 horas de clases.

Según la tanda en que se encuentran los liceos públicos, la cantidad de horas de clases varía.

Así tenemos que en la tanda matutina la población estudiantil recibe aproximadamente unas 90 horas al mes, en la vespertina 70 horas de clases y en la nocturna 65 horas de clases al mes.

Tenemos otro grupo de centros de educación media que no tienen suficientes aulas para impartir clases a toda la población estudiantil inscrita y han adoptado una modalidad que disminuye aún más las horas de clases.

En estos centros se ha dividido a la población estudiantil en cada curso de bachillerato para reducir sus horas de docencia y así poder utilizar las mismas aulas en varios grupos.

En estos liceos cada curso de bachillerato tiene un grupo de estudiantes que asiste dos días a las semanas, martes y jueves y otro grupo tres días, lunes, miércoles y viernes. Los/las estudiantes que tienen mejor rendimiento académico reciben clases solo martes y jueves y los menos aventajados/as lunes, miércoles y viernes. Estos casos se observan indistintamente en diferentes tandas en centros de Santo Domingo y provincias del interior del país. Varios casos tienen una población inscrita de más de 1,000 estudiantes.

Esta modalidad genera que los/las estudiantes que reciben clases tres días a la semana estén recibiendo al mes un total de 54 horas mensuales de clases y los/as que asisten dos días a la semana aproximadamente 40 horas mensuales de clases.

¿Tiene esta población estudiantil las condiciones mínimas para recibir una educación de calidad con menos de 60 horas de clases al mes?

¿Puede hablarse de educación de calidad cuando existe exclusión e inequidad al interior del sistema educativo por falta de aulas, maestros/as y centros educativos?

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