Algunos de los precios macro-económicos se han comportado mejor de lo esperado. Para el 2014 la meta de inflación es 4.5%, pero el Gobernador del Banco Central anunció que la tasa anual, la suma de la tasa mensual desde enero hasta diciembre, será de 3%, una de las más bajas de América Latina. No lo dijo, la devaluación monetaria, la suma de la inflación interna y externa, se estimó en 5.4%, cerrará alrededor de 3% según los últimos datos.
El comportamiento es bueno, pero debe evitarse que la desinflación o deceleración del crecimiento del índice de precios al consumidor se convierta en tendencia, lo que podría inducirse con relativa facilidad. Me explico, los números tienen su explicación, la combinación de baja del petróleo con menos cantidad de dinero en las calles. En pesos, el galón de gasolina regular importada hoy es 19% menor que en enero, el gasoil 21% y el gas de cocinar 18%. Explica el diferencial mensual de inflación, de 0.23 en enero a negativo en 0.08 en octubre. La hipótesis era que el petróleo WTTI, usado como referencia en República Dominicana, promediaría US$98.10/barril a final de año, anda por debajo de US$80/barril, reducción de 20% responsable de que la inflación cierre 1.5 puntos porcentuales menos que la meta.
Para mantener la inflación dentro de cierto rango, se redujo el dinero en las calles. Las estadísticas indican que el circulante disminuyó 4.60% y 12.51% el dinero en poder del público, de diciembre 2013 al 14 de noviembre 2014. La inflación bajó más de lo que se quería. La historia es para tenerla en cuenta, nos enseña que durante la Gran Depresión, entre los años 1927-1933, en los Estados Unidos la oferta de dinero se redujo 25.2% y la inflación en 30.06%. El PIB acumulado cayó 33% entre 1929 y 1938. Irvin Fischer desarrolló su teoría “deuda-deflación” en 1933, advirtiendo que la deflación elevaba la deuda real, la hacía más cara, imposibilitaba, no solo pagarla, sino que dificultaba salir de la recesión, aunque los tipos de interés se redujeran a cero. En República Dominicana, la oferta monetaria se redujo 30.3% y 40.7% el PIB, ambos acumulados entre 1929 y 1933.
Ben Bernarke, un estudioso de la Gran Depresión de 1930, se apoyó en la historia para atajar la crisis de 2007, evitó que la economía de los Estados Unidos cayera en recesión. Y la eurozona, que tiene serios problemas de diagnóstico, no la tomó en cuenta, por poco consumo y sobre-endeudamiento se debate entre recesión y poco crecimiento, inflación cero y deflación.
El mensaje que nos envía la historia comparada es que la liquidez no debe decrecer cuando el petróleo se reduce, la desinflación podría convertirse en tendencia, lo que a nadie beneficia. El ejemplo lo tenemos con los números del año, las familias pobres y muy pobres no se han beneficiado, porque la desaceleración no fue por menor precio de las verduras, aceites, arroz, carne, pescado, es decir, de los alimentos. Perjudica familias endeudadas, aumenta su deuda real, y en cuanto al Gobierno, que está muy endeudado, si es tendencia la menor inflación complica su situación financiera, aumenta la deuda real por los mayores tipos reales de interés.