Desinterés por la comunicación

Desinterés por la comunicación

J. LUIS ROJAS.

En las organizaciones creativas, innovadoras y participativas, así como en las que la planificación estratégica es empleada como medio de la gerencia moderna para lograr determinados fines, la comunicación es concebida como un proceso transversal y participativo, que facilita la gestión integral de los demás procesos que sirven de referentes a la toma de decisiones y a las diferentes operaciones que estas realizan.

En el entorno competitivo actual, es importante que los directivos, ejecutivos y gerentes de las organizaciones sientan y muestren interés por la comunicación. El desinterés por la comunicación afecta el clima laboral, reduce la motivación de los empleados, reduce las posibilidades de crear vínculos fuertes, disminuye el flujo de información hacia los grupos de interés, se generan percepciones erradas, se incrementan los rumores, se deteriora la imagen pública, entre otras consecuencias negativas.

El desinterés por la comunicación se pone de manifiesto cada vez que se recluta y selecciona a personas sin experiencias y sin competencias para planificar, ejecutar y controlar estrategias y acciones tácticas comunicacionales preventivas y correctivas, que añadan valor al desempeño estratégico de las organizaciones. La comunicación es un eje transversal clave para que las empresas e instituciones puedan lograr sus metas y objetivos en un ambiente de cooperación y relaciones sanas.

El talento humano responsable de gestionar las estrategias y acciones tácticas de comunicación, tanto fuera como dentro de las organizaciones, además de poseer las competencias técnicas requeridas para tales fines, debe tener competencias interpersonales, las cuales permiten desarrollar el saber ser y el saber convivir. La estructura de comunicación es un área de servicios. Por esta razón, el personal de comunicación tiene que ser confiable, creíble, solidario, servicial, empático, discreto, humilde, incluyente y sincero.

Lo más próximo al desinterés por la comunicación, es utilizar el poder de ésta para mentir y manipular a las audiencias, mediante la elaboración y difusión de mensajes que ocultan la verdad.

Se equivocan los que erradamente consideran que en la actualidad es posible emplear la comunicación como recurso mediático para mentir y manipular a las audiencias, sin que ello afecte negativamente activos intangibles de la organización.

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