Deslizamientos de tierra dejan tres niños y adulto muertos en barrios

Deslizamientos de tierra dejan tres niños y adulto muertos en barrios

Los efectos del huracán Matthew han dejado luto y dolor en varias familias dominicanas. Tres deslizamientos de tierra en distintos barrios de Santo Domingo Oeste y el Distrito Nacional provocaron ayer cuatro víctimas fatales, entre estas tres niños y un adulto que se resistió a ser evacuado pese al pedido de familiares y autoridades.
Doble pena. La muerte sorprendió a las hermanitas Williamny y Fabianne Robles, de 7 y 4 años mientras dormían en su humilde vivienda ubicada en El Túnel, del sector Capotillo.
El hecho ocurrió pasadas la 1:00 de la madrugada de ayer, cuando la pared de la habitación que compartían las menores cedió a la presión de un deslizamiento de tierra, cayendo justo sobre las camas en que las menores dormían.
Los detalles fueron ofrecidos por la bisabuela de las niñas, María Ovalles, de 63 años quien reside en la vivienda junto a su esposo, no vidente, Genaro Payano, de 73 años.
“Nosotros vimos televisión como hasta las 11:00 de la noche y nos fuimos a acostar. De pronto me empiezan a llamar y que sacara a las niñas y el viejo, que no ve, me dijo que le cayó arena en la cara y ahí fue que vi el desastre”, expresó la señora.
Dijo que no pudieron hacer nada para salvarlas, porque quedaron bajo todos los escombros.
Explicó que otras dos hermanitas de 3 y 2 años dormían al lado y por poco sufren las mismas consecuencias, pero lograron sacarlas. A una de ellas una piedra le golpeó la frente, pero sin mayores consecuencias.
La madre de las niñas, Yoanny Robles trabaja en Nagua y ayer en la mañana llegó a la vivienda y al ver la realidad sufrió un desmayo. El padre de las niñas, se informó que guarda prisión.
A pesar de ser una zona con tendencia a deslizamientos, los lugareños aseguraron que nadie se acercó a decirles que debían salir y por eso se quedaron en la casa.
“Mire, esto era como una pesadilla. Yo gritando y miraba para afuera y era una oscuridad y una brisa con lluvia y nada más dije Ay Dios Mio! Ayúdame”, expresó la señora Ovalles.
Los cuerpos de las niñas fueron trasladados al Instituto de Patología Forense, y los familiares estaban a la espera de su entrega para el funeral.
Derrumbe mata niño en la Puya. El niño José Alberto Castillo, entrada la noche de lunes buscaba las chancletas de su abuelo, cuando una pared de una casa contigua a la suya se derrumbó, debido a la saturación del suelo por las lluvias del huracán Matthew.
El menor de 6 años quedó atrapado bajo la cama que fue impactada por un trozo de la pared, de una casa que está en una ladera detrás de la suya.
Ayer al mediodía su abuela, una nacional haitiana conocida solo como Muneta, aún se resistía a reconocer que su nieto había muerto. Su estado de nerviosismo e inconsciencia era tal que debió ser socorrida por el equipo del Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1.
El niño llevaba varios años viviendo con ella y su esposo.
En una pequeña y deprimida vivienda, encumbrada en el irregular terreno de la Puya en Arroyo Hondo, convive Muneta con sus otros hijos. En total 8 personas residen en los escasos metros.

Para la señora, su pequeño estaba aún en el médico, con vida. Mientras la madre del menor, Nené Castillo, quien reside en Yamasá, aún no había hecho acto de presencia.
José Alberto fue levantado cuando rondaban las 5:00 de la tarde, pero de acuerdo a cercanos estaba oscuro debido al torrencial aguacero que caía y el nublado.

En la cocina, que también era habitación, aún estaban los dos fragmentos de concreto que terminaron con la vida del infante.
El niño murió cuando era llevado al hospital producto de los múltiples traumas.
Muere tras resistirse a salir. “Nada más muerto me sacan de aquí”, dijo Guarién Elías Sena Mancebo, de 55 años, a sus vecinos cuando ellos le aconsejaron que saliera de su vivienda. Sus palabras, al final, fueron una profecía.
Sena Mancebo, perdió la vida la madrugada de ayer luego de un deslizamiento de tierra que cayó encima de su casa techada en zinc cuando dormían junto a su esposa Margarita Antonia, quien sufrió una pequeña herida en la cabeza y sus dos hijos de seis y un año, quienes salieron ilesos.

El hecho ocurrió a la 1:40 de la madrugada, en el sector Bella Colina, en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste. La vivienda estaba construida entre una cañada y una montaña de tierra amarilla.

Advirtieron. “Yo le dije que salieran de ahí y todos los vecinos también le dijo que salieran que podía haber un derrumbe, porque como a las 6:00 de la tarde hubo otro derrumbe, pero él no quiso salir”, expresó Marleni García, vecina de la víctima.

Narró que cuando ocurrió el primer derrumbe como a las 6:00 de la tarde, ella se mudó con su hija de cuatro meses para otra vivienda próxima a la suya por temor a que siguiera el derrumbe. Dijo que hasta un hombre que alquila casas le propuso a Sena Mancebo que pasara la noche en una de sus viviendas, pero él se negó.

“Yo no dormí la noche entera por temor a que una mata que estaba en la loma se cayera porque se la pasó lloviendo. De repente escuche que cayó algo y dije Dios mío se cayó la mata, cogí mi niña y salí corriendo, al abrir la puerta vi a la señora con la cara llena de sangre y yo me puse nerviosa”, sostuvo.

Narró que Margarita les entregó a sus dos hijos, quienes estaban muy asustados y le pidió su celular para llamar al 9.1.1 porque a su esposo le cayó la tierra encima y estaba atrapado del abdomen para abajo, “pero en realidad ya él estaba muerto”.

Explicó que la señora se hizo una herida en la cabeza con una varilla cuando trataba de sacar a sus hijos de la casa. Detalló que Sena Mancebo, era un segundo teniente del Ejército pensionado, y también era motoconchista.

“Ella (Margarita) estaba muy asustada y no quería dormir en la casa, pero él era muy terco y decía que había invertido mucho en la casa, que no iba a salir y a cada rato decía eso”, indicó.
García aseguró que pese a que hubo un primer derrumbe y viven al lado de una cañada ningún organismo de socorro fueron advertirles que salieran de la vivienda.
Familiares. De su lado, los hermanos de Guarién Elías, Manuel y Dinora indignados dijeron que él era un hombre muy trabajador y con esfuerzo compró ese pequeño solar en 20 mil pesos, y aunque era peligroso era ahí donde podía construir, pues con el miserable sueldo de la pensión y el concho no le daba para más.
“Uno se cansa de trabajar de una manera digna y nunca logra nada porque el sistema ahoga a uno, él siendo guardia tenía que conchar para poder sobrevivir”, expresó Manuel.

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