Desmantelan  ingenio
Decenas de obreros mueren esperando las pensiones

<STRONG>Desmantelan  ingenio</STRONG><BR>Decenas de obreros mueren esperando las pensiones

Con una rapidez pasmosa se esfumaron las estructuras, los rieles y las maquinarias de lo que hasta hace 10 años se llamó ingenio Ozama, en el distrito municipal de San Luis,  provincia de Santo Domingo. De aquel ingenio no queda ni el bagazo.

Además de las estructuras metálicas que han sido devoradas, los terrenos, están convertidos ahora en fincas privadas,  por lo que no hay propiedades para reiniciar la siembra de caña de azúcar u otras plantas para la producción de biocombustibles, como proyecta el gobierno.

Las tierras están baldías, mientras el hambre, el desempleo y la desolación hacen que las  vidas de los que fueron trabajadores de ls campos de caña se deterioren rápidamente.

Así como el ingenio, se ha ido la vida de quienes por décadas trabajaron en la siembra, mantenimiento y recolección de la caña y de la producción del azúcar, de la que dependía prácticamente toda la gente de esta comunidad y otras comunidades vecinas de Monte Plata y Guerra.

Luego del proceso de privatización, que comenzó durane la primera gestión de gobierno del presidente Guzmán Fernández, de 1996 al 2000, las estructuras sobre las que se sustentaba y movía el ingenio Ozama fueron desmanteladas, por lo que hoy prácticamente no queda nada.

Como el ingenio fue desmantelado y vendido como chatarra a empresas que se dedican a la exportación de metales,  prácticamente no queda nada, por lo que ahora una gran cantidad  de hombres, mujeres y niños hambrientos escarban en la tierra en busca de trozos de hierro, los que venden entre 8 y 10 pesos el kilogramo.

Por migajas

Con picos y palas al hombro, desde tempranas horas de la mañana y hasta entrada la noche, estos seres humanos exploran los campos próximos al antiguo ingenio en busca del “tesoro escondido”: un pedazo de metal de unos cuantos kilogramos para poder venderlos y saciar el hambre.

Como pirañas

Como la “zafra” está terminando, porque queda poco de la estructura del ingenio Ozama, los residentes de San Luis la han emprendido ahora contra todo lo que huela a metal. Actúan como pirañas, depredando todo.

No escapan los puentes ni los parques, pues el objetivo es buscarse los pesos para seguir subsistiendo, sin importar las consecuencias.

Ya los buscadores de metales se han lanzado a otras estructuras como el puente Rojo, que comunica a San Luis con Monte Plata, La Victoria, Mata Los Indicios, Yabacao y otras comunidades, dejando prácticamente incomunicados esos lugares y poniendo en peligro hasta la seguridad de sus habitantes.

Ese puente, construido durante  el régimen del dictador  Rafael Leónidas Trujillo, es utilizado por los organismos de socorro en casos de emergencias, para rescatar a las familias que quedan atrapadas entre las fuentes fluviales que circundan la zona.

Nancy de la Rosa, que administra uno de los puestos de compra de hierro, en el centro del poblado, dice que ese negocio se ha convertido en la principal fuente de vida de San Luis, ya que diariamente el negocio maneja miles de pesos.

De la Rosa compra el kilogramo de hierro entre 8 y 10 pesos, dependiendo del mercado, y en su negocio laboran 12 personas, convirtiendo la actividad en una pequeña empresa.

Esperan pensiones

Algunos de los hombres que trabajaron durante 40 y 45 años  todavía se asoman al viejo ingenio.

Es que luego de todo el tiempo aferrados a la industria se sienten parte de ella. Sin embargo, otros prefieren no observar lo que queda de lo que fue su fuente de vida.

Juan G. de Los Santos trabajó en el ingenio desde 1957 hasta 1999, como mecánico industrial, pero a partir de esta última fecha se sumó al ejército de trabajadores que fue lanzado a la calle.

De los Santos  es de los pocos trabajadores que lograron una pequeña pensión que ni siquiera le alcanza  para cubrir el costo de los medicamentos que necesita para seguir con vida.

“Aquí no hay de qué vivir. La vida de este pueblo se fue con el ingenio, inclusive muchos de mis compañeros se han muerto por la tristeza que le causa ver el desmantelamiento del ingenio, que era el corazón de esa zona”, expone con tristeza arrimado en una de las estructuras metálicas del ingenio. Aprovecha para denunciar que todavía una gran cantidad de sus antiguos compañeros de labores no han recibido el primer cheque de pensión, pese a que llevan casi diez años dando viajes a la secretaría de Finanzas.

Egó Nolasco es uno de esos ancianos que todavía espera la pensión en su humilde barracón en la comunidad de Yabacao, donde tiene a su esposa en delicado estado de salud y sin los recursos para llevarla al médico.

Nelson Prensa laboró durante 42 años en el ingenio, pero todavía le adeudan 100 mil   pesos de una pensión mensual de apenas RD$2,000.

Conoce a 18 de sus antiguos compañeros que deambulan por la calle esperando la migaja, mientras otros han muerto  desesperados y para los gastos fúnebres sus familias han tenido que hacer colectas entre los vecinos.

Muchos de estos ancianos lloran de impotencia ante lo que ocurre a su alrededor. Algunos no quieren hablar del tema.

Señalan que los terrenos que debieron ser preservados para  siembra de caña, maíz y otros productos, para etanol, están en manos privadas convertidos en fincas y otros vendidos como solares.

Las claves

1.  Abrazan el hierro

La búsqueda y venta de hierro se ha convertido en la principal fuente de vida en el poblado de San Luis, ya que a partir del cierre del ingenio Ozama, como consecuencia del proceso de privatización o capitalización de las empresas públicas, sus habitantes  quedaron sin fuentes de trabajo. 

2. Bagazo

En el poblado de San Luis, a partir del cierre del ingenio Ozama, solamente queda el bagazo de la empresa y hasta  las estructuras metálicas  han sido devoradas. 

3. Terrenos del CEA

Miles de tareas que pertenecían al ingenio Ozama se encuentran en poder de particulares,  convertidas en fincas privadas o fueron  vendidas como solares, por lo cual no hay donde  comenzar la siembra masiva de caña, maíz, higuereta y otros productos para  la alimentación y producción de  biocombustibles.

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