Desmesuras  del  lago Enriquillo

Desmesuras  del  lago Enriquillo

Todavía los expertos no han arribado a una conclusión bien fundada  sobre las causas. El lago crece arrollador y lo único seguro es lo que se sabe de viejo: toda agua tiende  a recuperar el terreno que ha perdido. Alguna vez las áreas inundadas le pertenecieron al Enriquillo. En lo que el ciclo cambia, el hombre tiene que hacer lo de siempre que es ajustarse a la realidad. El Gobierno se orientó a lo práctico y prepara una extensión amplia de terrenos en otro lugar alto y seguro de la región para que cientos de familias que perdieron su medio de vida vuelvan a trabajar y producir. La respuesta oficial en ese sentido parece marchar a pasos acelerados.

Holanda ha vivido  una situación peor con  terrenos a un nivel inferior al del mar del Norte que baña sus costas. Los   holandeses se han defendido con un sistema de diques  para  doblegar por siglos las inundaciones y han progresado de manera excepcional.  Aquí,   el desborde del lago Enriquillo debe ser enfrentado  no solo  con el  coraje y esfuerzos  de autoridades regionales  y de los damnificados. Las manos amigas de otros dominicanos deben acudir a esa parte de la frontera con proyectos de producción y desarrollo, como ya ocurre  en Macasías,  provincia Elías Piña, donde una promisoria  alianza entre lo público y lo privado se ha lanzado a promover la agropecuaria para sacar del abandono a ese lugar limítrofe con Haití  perjudicado por la emigración.

Mejores salarios, mejor servicio

Cuando una administración del Estado hace crecer sus nóminas en exceso, y subordinándose bastante a sus propios objetivos políticos e interés de permanencia en el poder,   es difícil establecer un régimen de remuneración basado en el mérito e importancia de los servidores públicos. Si abundan los  sueldos  asignados privilegiadamente y sin atención a las prioridades de la nación,  la sábana del Fisco no alcanzará para recompensar de manera justa a quienes cumplen tareas vitales. La comida del boa   alimenta voracidades.

Los policías, bomberos, y maestros  juegan roles  básicos para  la seguridad, bienestar y progreso de la ciudadanía y es inevitable que   su buen desempeño  dependa mucho  de que se sientan o no bien pagados. Los recientes esfuerzos por elevarles los  ingresos no van a cambiar mucho su realidad. Las mayores tajadas presupuestarias  seguirán considerablemente fuera de su alcance.

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