Un futuro incierto le espera a la producción de habichuelas en el país, particularmente en esta provincia, porque al final de este año entrará en vigencia totalmente el desmonte arancelario a las importaciones de ese producto, fruto del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (DR-Cafta).
En ese acuerdo, firmado en 2004, se estableció la reducción gradual del desmonte arancelario a los rubros agropecuarios incluidos en ese tratado comercial, tales como habichuelas, arroz, leche, hortalizas y carnes.
Esa desgravación implica que al mercado dominicano entrarán más habichuelas importadas, sobre todo de Estados Unidos, mientras los productores locales tienen menos competitividad porque enfrentan altos costos de inversión, la distorsión en los canales de comercialización y la baja productividad porque no se usan semillas de alto rendimiento.
Fue la República Dominicana que solicitó y obtuvo 15 años de gracia para las habichuelas, para que se pudieran diseñar y poner en práctica políticas públicas que posibilitaran reconvertir la producción de ese alimento, como dar valor agregado, sustituir viejas prácticas culturales que concluyera con un aumento en la productividad.
Pero 15 años han transcurrido y, pese a los esfuerzos de las autoridades, se han obtenido pocos resultados.
Poca tecnificación. La tradicional práctica artesanal de los productores de habichuelas no les permite competir con sus homólogos de Centroamérica y mucho menos con los de Estados Unidos, quienes usan un sistema más tecnificado de producción y tienen además, una mejor definición de línea de mercado que les permite ser competitivos.
La productividad de esta leguminosa, desde hace varios años, oscila entre 1.5 a 2 quintales por tarea, siendo muy escasos los que obtienen por encima de los 2 quintales, que debería ser el mínimo para competir.
Eso demuestra que las más de 150,000 tareas que cada año se cultivan de habichuelas en la provincia, el 80% se hace con métodos artesanales, siembra con las llamadas sembradoras de tiro animal, repaso con asadas, fertilización manual en el que se pierde alrededor de un 20%.
Propuesta productores. Los sectores agrícolas de la provincia consideran necesario que el Gobierno solicite a los otros firmantes del DR- Cafta una revisión inmediata del mismo, a fin de reformularlo y extender los plazos de los desmontes arancelarios.
Además consideran que el próximo Gobierno que se instale el 16 de agosto debería invertir en la reconversión de la producción de habichuelas.
Otra de las propuestas es que todas las acciones referidas a la producción agropecuaria estén solo bajo la responsabilidad del Ministerio de Agricultura y el Banco Agrícola, porque, según afirman, existen 16 entidades similares que trabajan en el sector.
Entre esas citaron el Instituto Agrario Dominicano, el Fondo Especial de Desarrollo Agropecuario, el Instituto Nacional del Tabaco, la Dirección General de Ganadería, el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales.