Desmontes necesarios

Desmontes necesarios

Este fin de semana ha sido puesta a prueba una fase del programa de ahorro de combustibles, con el cierre de las estaciones de expendio desde el mediodía del sábado hasta el lunes.

El sábado, cientos de automovilistas abarrotaron las estaciones desde temprano y estimamos que obedeció, entre otras causas, a que la filtración, el viernes, de la noticia sobre la rebaja en los precios de las gasolinas indujo a mucha gente a aplazar sus compras para el sábado, cuando entraban en vigencia las rebajas.

Así, pues, que el cierre de las estaciones de expendio desde las 8:00 de la noche hasta las 6:00 de la mañana de lunes a viernes y desde las 12:00 del mediodía del sábado hasta las 6:00 de la mañana del lunes parece dar buenos resultados en los propósitos perseguidos.

–II–

Ahora está por verse el resultado de alternar las operaciones de los vehículos del transporte urbano, que alguna vez funcionó a la perfección, pero que fue relajado por las propias autoridades.

De hecho, la alternabilidad funciona en ciudades como Santiago y en la capital algunos grupos de choferes la practican, más para no saturar sus rutas y obtener más ganancias que de ahorrar.

Esta alternabilidad, sumada a las restricciones en las horas de venta de combustibles, permitirá algún ahorro aunque está por verse si de la magnitud aspirada por las autoridades.

Sea como fuere, las medidas de ahorro son necesarias y entendemos que deberán ser reajustadas sobre la marcha, en la medida que demanden las circunstancias.

–III–

Pero en este propósito no todo dependerá de los combustibles. También hay que considerar vías efectivas de ahorrar energía eléctrica o, por lo menos, estimular su generación por los medios que menos hidrocarburos demanden.

Ya hay estímulo oficial para la conversión a carbón de las plantas térmicas que trabajan con derivados del petróleo.

El parque de plantas con gas natural, por ejemplo, ha ido aumentando.

Sin embargo, ciertos adelantos tecnológicos para generación de energía siguen fuertemente penalizados con aranceles o impuestos.

Sería de mucha utilidad que sean aligeradas o eliminadas las cargas fiscales sobre las importaciones de baterías, paneles fotovoltaicos o solares, generadores eólicos, luminarias de bajo consumo y otros, para facilitar su adquisición por parte de la población.

Es contradictorio que en momentos en que se requiere ahorro de energía, una bombilla fluorescente cueste mucho más que una incandescente o de filamento, de consumo más alto, y que resulte más barata una planta a gasolina que un panel para cargar las baterías de un inversor.

Sin duda, falta cierto sacrificio fiscal, algunos desmontes, para facilitar el ahorro de energía.

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