Desmoronándonos  entre elogios

Desmoronándonos  entre elogios

El país se deshace mientras sus autoridades se  complacen en el auto-elogio, el elogio mutuo y en el proveniente de, y dirigido a, terceros.

Pretenden hacer creer que cada periplo presidencial pone el nombre del país en alto, cuando apenas termina en liberación de condenados o en megaproyectos que envuelven sumas tentadoras de dinero, descuidando obras pequeñas que impedirían frustraciones.

Autoridades celebran jubilosas la estabilidad  y crecimiento macro-económicos alcanzados, pero las finanzas gubernamentales se desmoronan. Nos presentan el endeudamiento como panacea sin ponderar que su pago ya absorbe el 43% de las recaudaciones, disminuyendo la capacidad de prestaciones de acción pública. Pregonan y se regodean en primeras cifras sobre accidentes de tráfico y fuegos artificiales en las pasadas navidades, callándose cuando  aumentan. Publican el éxito del control de bebidas alcohólicas después de permitirlas hasta provocar intoxicaciones a menores. Presentan la reposición del ordenamiento administrativo del sector eléctrico vigente hasta 1966, y el pago de la electricidad, como solución al problema energético; mientras los generadores  siguen tranquilos en sus altos costos que resta competitividad. Firman convenios y organizan eventos para lograr competividad mientras aumentan costos financieros, tributarios y sociales que imposibilitan su consecución

Tal ensimismamiento no permite visualizar que incluso estamos perdiendo competividad en renglones autóctonamente nuestros como el merengue y el baseball, en los que Puerto Rico y Venezuela, respectivamente, nos están dejando a la zaga. Así quedó demostrado por los espectáculos puertorriqueños trasmitidos en la televisión nacional centrados en merengues y en trasmisiones de partidos de baseball venezolano por la cadena mundial ESPN que antes apuntaba hacia el béisbol  dominicano. Mientras, nos pretenden consolar con la recepción simbólica del trofeo de los Yankees como si constituyera un elogio capaz de mitigar desmoronamientos.

Las autoridades siguen aumentando arbitrariamente precios de combustibles para subsanar sus déficits y acomodar beneficios de las empresas envueltas en ese negocio, pretendiendo que los precios del transporte no aumenten, por lo cual, el Presidente Fernández se reunió exclusivamente con empresarios agradecidos.

Pero la ciudadanía esperaba una iniciativa similar para aclarar la madeja de infiltración de ilegalidades en estamentos gubernamentales tejida en torno al tráfico de sustancias, armas y dinero.  Infiltración que reduce a su mínima expresión la capacidad del gobierno para evitar que la nación sea convertida en un desecho de los efectos de éstos tráficos, testimoniando que el sistema de prevención y represión montado no ha funcionado.

No en vano líderes religiosos han planteado la necesidad de explorar fórmulas alternativas que, desde la óptica del regodeo predominante, ha provocado rasgados de vestiduras propias del fariseísmo que desmorona la nación

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