POR LLENNIS JIMÉNEZ
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez se lamentó anoche por la cantidad de niños y adolescentes que están involucrados en bandas de las llamadas «naciones» y pandillas, y aconsejó a los padres a hacer un examen de sus familias.
El Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo afirmó que la desorientación juvenil es hoy uno de los más graves problemas sociales y advirtió que las pandillas, gangas y naciones, son algunas de sus expresiones más actuales.
López Rodríguez también pidió a los padres que no le tiren encima a la sociedad la calamidad de sus hijos.
Al evaluar el fenómeno de las naciones, el sacerdote sugirió a los padres revisar en qué pudieron haber fallado en vez lamentarse y los instó a nunca perder la esperanza de que se les pueda recuperar.
«La sociedad, en general, debe tomar conciencia de estos fenómenos y ver cuáles son las posibles soluciones, porque de crecer, la misma sociedad será la más perjudicada», advirtió López Rodríguez en el programa Fe y Acontecer, que conduce junto a Miguel Franjul, los domingos por Televida, canal 41 y varias emisoras de la iglesia Católica.
Lamentó López Rodríquez lo que sucede con las jóvenes que son arrastrada a la prostitución y los muchachos que practican la homosexualidad.
Planteó a los padres que hagan un examen de la vida familiar, para que revisen lo que no hicieron bien o incluso, hacer lo que esté a su alcance para recuperar al hijo perdido.
El Cardenal expresó que la sociedad permisiva termina no garantizándola nada a nadie y enfatizó la necesidad de que los padres y las madres examinen su vida familiar, para ver por qué el hijo actúa de la manera que lo hace.
«A los padres perturbados por las actuaciones de las bandas y el pecado, les aconsejó que confíen en que el Señor pueda tocar el corazón de sus hijos», dijo López Rodríguez.
El religioso aconsejó también a los padres no tomar una actitud de revancha y violencia contra los muchachos que se integran a las bandas, por considerar que sería peor, porque a su entender, esto podría llevarlos a matarlos. «Nunca deben olvidar que a pesar de sus errores el hijo no renuncia a ser hijo, aunque el mismo proclame eso y lo quiera demostrar».
Deploró, además, el clima de violencia que sacude a la población en sentido general.
«Son también víctimas los intolerantes e intransigentes, incapaces de amar, los críticos de todo y satisfechos de sí mismos, sostuvo el Arzobispo.
El Cardenal opinó que la hermosa parábola del «hijo prodigo» se repite en muchos hogares, ya que hay muchos hijos extraviados y otros que se marchan de su casa o que aunque se queden prácticamente están fueran». Consideró que los hogares en situaciones parecidas deben orar por los hijos extraviados.