Despedida a doña María Ugarte

Despedida a doña María Ugarte

Acaba de partir doña María Ugarte «tan callando» como llegó hasta nosotros. Pero, nos legó un dechado de realizaciones en el mundo de las letras y las artes.

Se acercó a nuestro terruño en su búsqueda de la paz y la tranquilidad espiritual que a tantos europeos habían estremecido la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial.

Doña María, la intelectual, la orientadora que sabía laborar dentro de su propio magisterio, diríamos que encontró terreno propicio en nuestro país, por lo tanto que ella había de llevar a cabo, y ya no tuvo oriente ni metas que perseguir, ni tareas distintas a las que traía en su mente y en sus ilusiones.

A poco de explorar advirtió que entre las últimas generaciones literarias y las nuevas expresiones que debían surgir, se  interponía un desfase por salvar y, manos a la obra: abrió caminos, levantó puentes y creó condiciones para que las nuevas generaciones levantaran su voz. Los nuevos grupos, quizás rezagados por el duro período (segundo lustro de 1940), por la fuerte situación en que se desenvolvía la totalidad de las actividades en el país.

Con todo, doña María logró dar paso en el diario » El Caribe» a una «Sección Escolar», que abrió senderos y propició un espacio para levantar el vuelo de las aspiraciones de la juventud.

En esta generación estuvieron: Abel Fernández Mejía, Rafael Valera Benítez, Agripino Peña Lebrón, Máximo Avilés Blonda, Víctor Villegas, Ramón Cifré Navarro, Juan Pablo Cuevas, Rafael González Tirado, Hugo Torentino Dipp, Rafael Lora Cintrón, Darío Bencosme Báez, Ángel Hernández Acosta…

El poeta Máximo Avilés Blonda bautizó el movimiento como «Generación del 48».

El estímulo de la promotora Ugarte dio sus resultados. Se escribía de tanto en tanto una poesía oscura, cerrada, para evitar infidencias políticas que podían hacerse en contra del régimen a través de las creaciones poéticas.

La Sección Escolar del matutino El Caribe dejó sus frutos: poetas, críticos literarios, obras de teatro, el arte de la presentación de libros. Además, esta gran promotora prologó/presentó muchas obras literarias y de investigaciones. Nuestra distinguida orientadora nos abrió senderos seguros para la inspiración y resultados positivos.

Su nombre completo: María Ugarte España. Nació en Segovia el 22 de febrero de 1914. Llegó a Santo Domingo en épocas de grandes conflagraciones. Fue miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Periodista, notable intelectual, dirigió el suplemento del diario El Caribe. En el año 1942 descubrió el Archivo Real de Bayaguana. Obtuvo varios premios de Turismo en 1975 y 1979. Además el Premio Pellerano Alfau (1974) y el galardón de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa en 1975).

Escribió el libro: «Monumentos Coloniales» (1977)…

Doña María Ugarte de larga y fructífera existencia, nos legó su obra imperecedera dentro de nuestro ámbito histórico-periodístico-literario.

No digamos, pues, que doña María acaba de marcharse. Figuras de esa estirpe,  de esa proyección y de su gran sensibilidad nunca nos abandonan. Siguen entre nosotros con el influjo de su orientación y de su estímulo inapreciables. 

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