Tegucigalpa.  EFE.  El ex presidente de Honduras Manuel Zelaya abandonó ayer su país en medio del cariño de sus seguidores, después de más de cuatro meses de encierro en la embajada de Brasil en Tegucigalpa y pasados siete meses desde su derrocamiento.

“Ahí va, libre como un pájaro”, dijo una hondureña que se alzó entre un grupo de simpatizantes de Zelaya en el preciso momento en que despegó de la pista del aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa el avión en que éste viajó a la República Dominicana.

Zelaya fue despedido con vítores, lágrimas y aplausos desde afuera del aeropuerto por miles de seguidores que, en su mayoría, agitaban banderas rojiblancas del Partido Liberal hondureño y algunas de Venezuela.

El ex gobernante, derrocado el 28 de junio pasado, viajó junto al presidente dominicano, Leonel Fernández, tras obtener un salvoconducto que el nuevo mandatario hondureño, Porfirio Lobo, le otorgó poco después de asumir ayer el poder.

Desde tempranas horas, centenares de simpatizantes de Zelaya se reunieron frente a la entrada de la terminal del aeropuerto y otros, la mayoría, se agolparon junto al extremo sur de la pista, con la esperanza de verlo antes de su partida. Algunos manifestantes vestían camisetas rojas con la imagen de Zelaya o del guerrillero argentino-cubano Ernesto “Che” Guevara, otros portaban gorras, pancartas y objetos con leyendas alusivas al ex mandatario.