Despiden restos de Boris Yeltsin

Despiden restos de Boris Yeltsin

MOSCÚ, (AFP) – Rusia despidió este miércoles a su primer presidente, Boris Yelstin, con un entierro de Estado en Moscú al que asistieron dos ex presidentes de Estados Unidos y otros dignatarios extranjeros, en un último homenaje al hombre que puso fin a la URSS y dio paso a la democracia.

El féretro con los restos de Yeltsin, que falleció el lunes de una crisis cardíaca a los 76 años, fue inhumado en una fosa cavada en un cuadrado de hierba aislado del cementerio de Novodevitchi, en el suroeste de Moscú, según mostraron las imágenes de la televisión rusa. Durante el acto se escuchó el himno nacional ruso, cuya melodía es la misma del himno de la ex URSS.

Poco antes de ser enterrado, el cuerpo del ex jefe del Estado ruso fue expuesto por última vez al público.

Su hija Elena dio al cadáver de su padre un último abrazo. Su viuda Naina también lo abrazó durante un largo rato, acarició la cabeza del difunto y dejó caer un pequeño objeto en el interior del ataúd. Por último, su otra hija, Tatiana, se acercó a abrazar a su padre por última vez.

El presidente ruso Vladimir Putin encabezó a las autoridades que asistieron al acto, entre las que figuraron el ex presidente soviético, Mijail Gorbachov, y los dos ex presidentes estadounidenses Bill Clinton y George Bush, el padre del actual presidente George W. Bush.

También estuvieron presentes el ex primer ministro británico John Major, el ex presidente polaco y ex líder del sindicato Solidaridad, Lech Walesa, y el presidente alemán, Horst Kohler.

Todos los mandatarios siguieron a pie el recorrido que el féretro de Yeltsin realizó por las calles de la capital rusa en dirección al cementerio.

 El cortejo fúnebre se detuvo unos instantes ante el Kremlin, donde Yeltsin ejerció la presidencia entre 1991 y 1999, precisó la radio Eco de Moscú.

Antes de la marcha hacia el cementerio, se ofició un grandioso funeral en la catedral de Cristo Redentor. Durante el acto, Clinton y Bush padre se acercaron a la viuda y las hijas de Yeltsin para saludarlas calurosamente.

El ataúd de Yeltsin fue portado por una guardia de honor tras haber permanecido expuesto desde el martes por la tarde en la catedral moscovita del Cristo Redentor, donde decenas de sacerdotes se turnaron cantando de forma ininterrumpida mientras difundían incienso, según el rito ortodoxo.

Ha sido la primera vez que la Iglesia Ortodoxa ha rendido homenaje a un jefe de Estado ruso desde la revolución bolchevique de 1917, que instauró el Estado ateo y comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

La catedral de Cristo Redentor es un gigantesco templo con una cúpula dorada cuya reconstrucción fue ordenada precisamente por Yeltsin en 1992, más de 60 años después de haber sido destruida por Stalin en 1931.

Unas 35.000 personas desfilaron por la capilla ardiente del ex presidente, según la televisión rusa.

Al igual que ya hicieran la víspera, la viuda de Yeltsin, sus hijas y sus allegados velaron en recogimiento el cadáver este miércoles, declarado día de luto nacional en Rusia.

Yeltsin “cambió el rostro del poder; rompió el muro que separaba a la sociedad y el Estado y sirvió a su pueblo con devoción y valentía”, declaró Putin en una ceremonia celebrada en el Kremlin a última hora de la jornada.

Muchos de los cientos de personas, en su mayoría ancianos, que se acercaron a rendirle un último homenaje en la catedral depositaron una rosa ante el ataúd.

Sin embargo, muchos rusos también dieron rienda suelta a su resentimiento contra Yeltsin, reprochándole las privatizaciones de los años noventa y la primera guerra en Chechenia.

“Se le vio 17 veces borracho y su hija es una de las personas más ricas de Rusia”, gritó un hombre ante la catedral.

Ajeno a polémicas y homenajes, Yeltsin reposa ahora cerca de la tumba de  Alexander Lebed, quien lo apoyó el 19 de agosto de 1991 durante el golpe de Estado de los comunistas contra Gorbachov.

La unidad de Lebed fue la primera que se puso de parte de Yeltsin cuando se presentó para defender al Parlamento y se subió a un tanque.

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