Desplazadas apuestan por la artesanía para sobrevivir

Desplazadas  apuestan por la artesanía  para sobrevivir

SAMARRA, Irak. Con hilo de pescar, Lamia Rahim ensarta perlas para crear pequeñas esculturas. Es una de las decenas de mujeres iraquíes desplazadas por la violencia que sobreviven y matan el tiempo gracias a la artesanía.
Hace un año, Iman Ahmad, locutora de una radio local, propuso una formación en artesanía a estas desplazadas instaladas en el colegio Atuar al Bahjat, en Samarra, al norte de Bagdad.
Varias familias del norte del país y de localidades aledañas a Samarra se refugiaron en las aulas de este centro educativo para huir de los yihadistas. Dejaron sus casas con lo puesto y vivían de la caridad. Por eso acogieron con los brazos abiertos la sugerencia de Iman Ahmad.
Un total de 125 mujeres se formaron en la artesanía, sobre todo en la fabricación de miniaturas con perlas, explica a la AFP Iman Ahmad, una iraquí de 51 años. En una pequeña aula transformada en taller, sentadas en el suelo sobre una alfombra, las mujeres, tocadas con velo, seleccionan con esmero perlas de distintos colores y tamaños.
Con mucha paciencia forman el monumento más conocido de Samarra, la Malwiya, un minarete en espiral helicoidal; la célebre puerta azul de Istar e incluso la torre Eiffel.

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