La retina de los vertebrados es una capa delgada y parcialmente transparente, sensible a la luz, situada en la superficie interior del ojo y está en contacto con la cara interna de la coroides (capa de vasos sanguíneos) y con el humor vítreo (gelatina interna del ojo). Es similar a una tela donde se proyectan las imágenes.
La luz que incide en la retina desencadena una serie de fenómenos químicos y eléctricos que finalmente se traducen en impulsos nerviosos que son enviados hacia el cerebro a través del nervio óptico.
La retina tiene una estructura compleja. Está formada básicamente por varias capas de neuronas interconectadas mediante sinapsis. Las únicas células sensibles directamente a la luz son los conos y los bastones.
La retina humana contiene 6.5 millones de conos y 120 millones de bastones. Los bastones funcionan principalmente en condiciones de baja luminosidad y proporcionan la visión en blanco y negro, los conos, sin embargo, están adaptados a las situaciones de mucha luminosidad y proporcionan la visión en color.
El vítreo puede sufrir cambios en su estructura molecular generándose pequeños grupos de gel o células en su interior proyectando sombras sobre la retina, y usted puede ver pequeños puntos, manchas, hilos o nubes que se mueven en su campo de visión, llamados “flotadores o moscasvolantes”.
A menudo se pueden ver con mayor intensidad cuando se mira hacia un fondo plano, como una pared o el cielo azul. A medida que envejecemos, el vítreo puede encogerse y tirar de la retina. Cuando esto sucede, usted puede notar algo parecido a unas luces intermitentes, vetas de luz o tener la sensación de “ver estrellas”. A esto se le llama “centelleos o fotopsias”. Estos cambios producen una parte líquida dentro de la gelatina.
Estas alteraciones del vítreo pueden ser secundarios a: edad, miopía elevada; traumatismos o contusiones oculares severas, cirugía ocular, procesos inflamatorios.
Por lo general, el vítreo se separa de la retina sin causar problemas, pero a veces el vítreo tira con demasiada fuerza y rompe la retina en uno o más lugares. El líquido puede pasar a través de un desgarro de la retina, levantándola de la parte posterior del ojo, en forma similar a la pintura de aceite o empapelado de una pared; generando un desprendimiento. La retina no funciona cuando se desprende y la visión se vuelve borrosa. Un desprendimiento de la retina es un problema muy serio que casi siempre causa ceguera si no es tratado con una cirugía.
Los síntomas de un desgarramiento y un desprendimiento de la retina pueden incluir aumento repentino en el tamaño y el número de manchas flotantes, una repentina aparición de centelleos, una sombra en la periferia (lado) del campo de visión; una cortina gris en movimiento en medio del campo de visión o disminución repentina de la visión.
Lo más importante en esta etapa es acudir de inmediato a un oftalmólogo para recibir una valoración completa que incluya dilatación pupilar.