El 3 del presente mes, el imberbe director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa, doctor Hotoniel Bonilla García, vertió a los medios de comunicación que del año 2000 al 2010 se han malversado del erario la bicoca de RD$104 mil mm.

Al siguiente día, nuestro cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez salió al paso a la declaración del funcionario que se presume debe identificar y perseguir la corrupción estatal, precisando que resulta inaceptable malversar RD$104,000 mm.

El 7 el más connotado vedetto del gobierno y recordado caudillo de paleros en SFM en la tiranía residual del generalísimo Rafael Leonidas Trujillo declaró que los casos de corrupción del gobierno “son alarmantes”, acotando que “el país se pudre”. Pero él avala esa podredumbre sin renunciar a su poltrona.

En el escándalo que envuelve a Bienes Nacionales el país se asombra de que el presidente Leonel hubiese autorizado al director Elías Wessin Chávez desmantelar 40 kilómetros de vías férreas construida por la Grenada Company para venderla como chatarra, en vez de estructurar un cluster de guineos inorgánicos de gran demanda en la Unión Europea. El 3 del presente mes el arquitecto Conrado Asencio publicó un artículo en La Información señalando que más de 130 funcionarios del gobierno perciben ingresos por más de un millón de pesos y algunos superan los dos millones al mes y refirió al déficit fiscal encumbrado a RD$77 mil millones.

Los diarios vienen publicando reseñas de cómo los hospitales públicos se desgranan en carencias; las deudas al sector eléctrico trepan a US$391 millones y se dilapidan RD$20 millones en subsidios al sector, y con todo ese barruntar resulta asaz imposible cumplir los restos del milenio. ¿O se pueden?