El tamaño de la  economía de los Estados Unidos es tal,  que toda bonanza o perturbación que la afecte provoca efectos en uno u otro sentido del resto de las economías mundiales. Se trata de la economía del mercado de mayor oferta y  demanda de bienes y servicios de todos los orígenes y todos los destinos posibles y, en esa virtud, nada puede escapar a la influencia del comportamiento de esta economía.

En los actuales momentos, factores internos como la caída del mercado inmobiliario y externos como las alzas en los precios petroleros, han puesto a la economía de Estados Unidos en una ruta recesiva que se perfila cada vez más definida y preocupante.

 En semejantes circunstancias, las economías pequeñas, como la nuestra, deberían estar diseñando estrategias que le permitan amortiguar, por lo menos, el embate de una recesión que, según los expertos de varias partes del mundo, podría ser peor que la del 1929, y eso es mucho decir.

El Gobierno de los Estados Unidos ha adoptado medidas especiales para hacerle frente a este proceso, y cabría preguntar qué estamos haciendo en la República Dominicana para resguardarnos del impacto, que en nuestro caso particular se sumará a las alzas petroleras, caída de las exportaciones de banano orgánico y otros factores adversos que hemos heredado de la serie de perturbaciones atmosféricas del año pasado.

Buena práctica por la educación

La Secretaría de Estado de Educación ha convocado a un concurso de oposición para maestros, en interés de  cubrir 5,090 nuevas plazas docentes para puestos de directores, subdirectores, orientadores, profesores de Educación Inicial, Educación Básica, Educación Física y coordinadores de Educación Especial.

Se trata de un procedimiento idóneo que permitirá garantizar la calidad en todos esos ámbitos sobre la base de seleccionar a los mejor calificados para cada puesto.

Solo procedimientos como el que comentamos permitirán que el país vaya superando las taras que afectan a la educación, caracterizadas principalmente por baja calidad docente.

El énfasis en la selección de los recursos humanos para la enseñanza deberá sumarse a planes sostenidos para mejorar la calidad de los programas en que está basada la formación de nuestros estudiantes desde los niveles iniciales hasta la secundaria. Hay en esta convocatoria una clara vocación por la calidad que valoramos en su justa dimensión.