Asistí en Philadelphia desde el día 25 de julio hasta el 28 a la Convención del Partido Demócrata de los Estados Unidos. Es la quinta Convención que asisto consecutivamente. La primera, en Los Ángeles para la nominación de Al Gore-Lieberman, la segunda, en Boston para la candidatura de Kerry-Edwards, la tercera, en Denver para Obama-Biden, que repitió cuatro años después en Charlotte, Carolina del Norte, y, finalmente esta última en Philadelphia, para la nominación de Clinton-Kaine.
Por cierto, me gustó mucho el discurso de Michael Bloomberg el multimillonario ex alcalde de la ciudad de New York, cuando dijo; “A lo largo de su carrera, Trump ha dejado atrás un historial bien documentado de bancarrotas, proveedores que se sienten estafados y clientes desilusionados que se sienten robados, es un timador profesional, demagogo peligroso e incendiario”.
En realidad, posiblemente es más que eso ; con un récord de más de 3,500 casos en los tribunales de los Estados Unidos y con serias acusaciones que tiene que enfrentar, como por ejemplo, la quiebra fraudulenta de la Universidad. Trump se tambalea. No sólo que se hunde en las encuestas, sino que está más bajo – a esta misma fecha – que los dos anteriores candidatos perdedores presidenciales republicanos, John McCain y Mitt Romney.
Así lo demuestran las encuestas a dos semanas después de haber concluido ambas convenciones, el panorama luce así: Trump está abajo por dos dígitos en el promedio nacional según Real Clear Politics y Huffpost Pollster, y tiene que jugar defensa en estados tradicionales republicanos, como Virginia, Carolina del Norte, Arizona y Georgia.
Según Five thirty eight-polls que lleva tres elecciones consecutivas prediciendo exactamente los resultados de las elecciones presidenciales, las probabilidades de Hillary Clinton de ganar están por encima del 80%. Esto coincide con el modelo matemático del New York Times, (Upshot model). Es bueno notar que estados claves como Florida y Pennsylvania, según ese modelo, Hillary gana ahora por 8 y 15 puntos, respectivamente. Así mismo, CNN y Fox sitúan a Hillary arriba por 10 puntos, En fin, Donald Trump viene en caída libre y sin esperanza, pues todos los días dispara entre dos y tres disparates.
Pero mi mejor indicador de que Hillary ganará holgadamente, no es necesariamente la guerra civil que existe entre los republicanos, o que las encuestas de los afro-americanos favorecen a Hillary 91% a 1%, el de los hispanos 80% a 20%, los musulmanes 98% a 2%, las mujeres a nivel nacional 60% a 40%, sino un indicador que nadie presta mucha atención: Las apuestas políticas: En los Estados Unidos las apuestas políticas están prohibidas, pero no en el Reino Unido. Paddy Power, la casa de apuestas más grande de esa nación y, posiblemente del mundo, toman las apuestas a favor de Hillary 9 a 2. Para mí, eso es más contundente que una sentencia de la Suprema Corte de Justicia. Los ingleses no juegan con su dinero.