Después de todo somos dichosos

Después de todo somos dichosos

La ocurrencia de un grupito de diputados, de incitar a la Policía Nacional a ejecutar delincuentes, es una  expresión  desatinada que revela un enfermizo desprecio por la vida y las leyes en cuya hechura participan.

Por suerte para el país, los autores de este desplante son una minoría que han encontrado una fuerte reacción de rechazo de la mayoría de los diputados, de grupos cívicos y personalidades, de medios de comunicación y hasta del Gobierno de los Estados Unidos a través de una nota de su embajada en el país, apegadas a los usos civilizados. Precisamente, uno de los problemas a cuya solución aspira la sociedad dominicana  es el uso desmedido de la fuerza frecuente entre  los policías.

Esa incitación equivale a un llamado a desmontar el andamiaje jurídico y la propia justicia para imponer de manera administrativa la pena de muerte, que sería como confesar nuestra incapacidad de manejar la delincuencia con la fuerza de la ley y la razón. En vez de incitar a la Policía Nacional a exterminar, nos hubiera gustado escuchar de ese grupito de diputados algún cuestionamiento por el uso desmedido de la fuerza entre los policías, por las ejecuciones disfrazadas muchas veces de “intercambio de disparos”. Por suerte para el país, estos diputados no visten uniforme gris ni les corresponde salir a perseguir el delito. Por suerte ha sido un número muy reducido el que se ha alineado con esa barbaridad.

Fondos de pensiones

La inversión de 40,000 millones de pesos de los fondos de pensiones en la construcción de viviendas de interés social debe contribuir a dinamizar la economía y a paliar el gran déficit habitacional que tiene el país. Siempre que haya garantía de que hasta el último centavo de ese dinero retornará a los fondos de los trabajadores, no debe haber inconveniente para que se haga la inversión.

Una particularidad que despierta confianza es que los fondos estarán amparados en el sistema de fideicomiso, puesto en vigencia hace relativamente poco y que fija requisitos para garantizar el retorno de la inversión. La construcción de viviendas de interés social, asequibles para las familias de bajos ingresos, es todavía un elemento extraño en el mercado inmobiliario del país. Valoremos la importancia  de esta iniciativa para dar empleo útil a los fondos de los trabajadores.

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