Después del ventarrón

Después del ventarrón

Las redes sociales de “Internet” se llenaron de insultos y groserías durante las últimas semanas de la campaña electoral. Ahora asistiremos a la “resaca” obligatoria que es “volver a la normalidad”. Nos quedan algunas experiencias interesantes y, además, aleccionadoras. En primer lugar, los pr onósticos de los encuestadores resultaron acertados para los dos partidos principales. El sociólogo José del Castillo escribió un artículo donde hizo el examen de las cifras de las encuestas más importantes. Distingue entre encuestadores independientes y encuestadores amigos del PLD o del PRM. Se impuso la tarea de extraer “el promedio de los promedios”, de todas las encuestas, fueran “amigas” o independientes.  Los “profetas del survey” estuvieron muy cerca de los números difundidos por la JCE al comenzar a escrutar los votos depositados en las urnas el domingo pasado. Pienso que todos sabían las preferencias reales de la población; que todos arrimaban la brasa a su sardina al hacer declaraciones, conociendo perfectamente unos y otros sus verdaderas posibilidades. Los partidarios de Luis Abinader empezaron por afirmar: “habrá segunda vuelta”. Lo cual quiere decir, aproximadamente, “estoy detrás, a poca distancia; aunque saques más votos, no serán suficientes”. O lo que es igual: vas delante, pero “estoy a punto de alcanzarte”. Es un reconocimiento tácito de debilidad.
Los comentarios del pueblo “a boca de urna” fueron también significativos: “los partidos chiquitos no van a ninguna parte”; “Carolina y Luis son muy jóvenes”; “¿y por qué no corrió el propio Hipólito?”, “blancos y coloraos están con Danilo”. Muchos jóvenes decían: “ya está bueno de PLD”; “yo votaré por Moreno para que cambie la cosa”; “han robado demasiado”. Personas mayores ripostaban: “los otros no lo han hecho mejor y también robaron mucho”.
El ambiente en las mesas electorales era sereno y hasta “reflexivo”.
Creo que las críticas contra el PLD estuvieron presentes en las cabezas de los electores, desencantados ya del comportamiento de los partidos tradicionales. Sin embargo, podía observarse que muchos “hombres de la calle” hacían clara diferencia entre Danilo-persona y PLD, partido donde este ha militado siempre. Los expertos en proselitismo mencionan el “sector externo” como una suerte de “renovación” parcial de las dependencias de los líderes políticos. Inconformidad y realismo “echaron un pulso”.

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