MONTEVIDEO (EFE).- El sepelio del líder histórico de la izquierda uruguaya, Líber Seregni, quien pagó con la cárcel la oposición al golpe de Estado de 1973, dio lugar ayer al reconocimiento oficial «por sus aportes a la vida democrática», al recibir honores de Ministro de Estado, cargo que nunca ocupó.
El cuerpo de Seregni, general retirado y fundador de la coalición de izquierdas Frente Amplio, fuerza política que por primera vez en la historia tiene la posibilidad de alcanzar el poder en las elecciones del 31 de octubre, fue sepultado en el Cementerio Central.
Seregni murió un mes antes de cumplir los 88 años, al mediodía del sábado, tras una larga enfermedad.
El general fallecido hizo su última aparición pública el pasado 27 de junio, cuando, pese a las recomendaciones contrarias de los médicos, concurrió a votar en las elecciones primarias, donde se le vio sumamente debilitado.
Seregni recibió su último homenaje en vida en un acto de masas en la Universidad de la República, que marcó su retirada, el pasado 19 de marzo, cuando se cumplieron 20 años desde que quedó en libertad, oportunidad donde leyó un discurso con una síntesis vida política de Uruguay.
El féretro con el cuerpo de Seregni llegó al antiguo camposanto, construido en la época del Montevideo colonial, dentro del ejido que limitaba la ciudad, en una cureña militar, al tiempo que efectivos de las Fuerzas Armadas le tributaban un homenaje póstumo.
Apenas dos días antes de fallecer, Seregni tuvo su reivindicación militar, luego de que sus pares en actividad se han negado a ella, tras haberlo condenado, encarcelado y acusado de «traición», por oponerse tenazmente al golpe de Estado de 1973.
Los militares retirados nostálgicos y los que quedan activos del período «de facto», que terminó en 1984 con un trágico saldo de muertos y desaparecidos, criticaron la semana pasada la reubicación de una foto de Seregni en la galería de jefes de la División II del Ejército, que llegó a comandar.
En el texto de un decreto firmado por Batlle y publicado hoy, que ordenó los homenajes póstumos a Seregni como ministro de Estado, pese a no haberlo sido, se fundamentó ese reconocimiento porque «fue una de las más relevantes figuras políticas del país», y destacó su defensa de «la democracia y la pacificación nacional».
Determina la orden presidencial que «en su extensa actividad política» resalta su papel como fundador de la coalición Frente Amplio, además de haber sido «un incansable luchador por la paz y la democracia de Uruguay».
En la última despedida hablaron en el Cementerio Central, en medio de una multitud, Tabaré Vázquez, su sucesor y candidato presidencial del Frente Amplio, y el ministro de Cultura, Leonardo Guzmán.
Vázquez, en una corta improvisación, calificó a Seregni de «guía, maestro y compañero de referencia permanente».
Reconoció que la pérdida física de Seregni es muy difícil porque «en la vida política en general y en la partidaria en particular existen momentos muy duros, muy difíciles y muy dolorosos».
«Este es uno de esos peores momentos al tener que despedir, pero sólo físicamente para siempre, a un querido compañero», agregó.
En representación del gobierno uruguayo cerró la ceremonia el ministro Guzmán, quien instó a la unidad del pueblo tras la democracia que siempre defendió Seregni.
Recordó que cuando Seregni estaba «injustamente» detenido a manos de los golpistas, él, como director de ahora desaparecido diario «El Día», el más antiguo del país en aquella época, también afrontó los problemas por defender la democracia.
Los militares llegaron a expulsar del país a Guzmán por el hecho de «ser extranjero», luego de saber que era de nacionalidad chilena y traído desde muy pequeño a Montevideo.
Durante el discurso, Guzmán destacó con énfasis la «función esencial para la reconciliación nacional» que tuvo Seregni, quien al ser liberado de la cárcel salió «sin ningún agravio a convocar para la paz, y el entendimiento».
Esa contribución, añadió, está definitivamente inscrita en la historia institucional de la vida del país. EFE