Destino de las divisas del 2014

Destino de las divisas del 2014

En las familias los aumentos de ingresos se consume, se ahorra y un remanente, que puede ser poco o mucho, los jefes del hogar no pueden explicarlo. Lo mismo sucede con la economía, solo que para complicar los economistas cambian los términos. El presidente Danilo Medina ponderó que el flujo de divisas del exterior aumentó en US$1,546.5 millones en 2014, de US$20,857.1 millones en 2013 a US$22,403.6 millones en 2014, y como rindió cuenta al país, le faltó decir a dónde fue a parar el dinero adicional. Se lo cuento asumiendo que el monto es neto.

Como sucede en las familias, en consumo se gastó US$487.1 millones, dicho con otras palabras, por ese monto se financiaron importaciones de bienes y servicios, no obstante la menor factura petrolera. Se ahorró US$263.9 millones, o como dicen los economistas, el Banco Central acumuló reservas internacionales, y la diferencia que se registra como “errores y omisiones” de US$795.5 millones, no se sabe a dónde fue a parar. Aclaro que es mi número, lo publicado es US$411.9 millones. La cuenta debe revisarse, porque de lo contrario se está subvaluando el valor de las importaciones en US$383.6 millones.

Fue el incremento de las reservas internacionales lo que permitió al Banco Central cumplir con su función de prestamista de última instancia, cuando recientemente vendió divisas a los bancos comerciales, para detener la depreciación abrupta del peso. Llenó el cometido, la depreciación se redujo a 1.01% en los primeros dos meses del año, similar al 2014, evitó que la pérdida de valor del peso impactara en forma negativa en las finanzas de familias, empresas y gobierno.

Está claro que el aumento del flujo de divisas del exterior es la principal fuente que tiene el país para elevar el nivel de reservas internacionales. Existe otra fuente que se mantiene como reto para los partidos políticos, me refiero al superávit fiscal. Generando ahorros en el presupuesto, no solo se reduce la deuda pública, sino que pone en condiciones al Gobierno de acumular depósitos en pesos y/o dólares en el Banco Central para enfrentar, como lo hacen las familias con los ahorros, cualquier coyuntura externa desfavorables que reduzcan los ingresos fiscales.

El proceso para que el balance del presupuesto, en lugar de déficit y deuda, aporte ahorros a la economía, deberá iniciarse en el 2016, no hay alternativa. Debe ser el tema central del pacto fiscal que incluya, además, un mecanismo automático para distribuir el monto que resulte de la sumatoria del ahorro del presupuesto público y el aumento del flujo de divisas del exterior. Es decir, en qué porcentaje aumentar las reservas internacionales y en qué proporción las importaciones de bienes y servicios, lo que será equivalente a decidir la tasa de crecimiento del PIB.

Sucedió en 2014, el crecimiento del PIB de 7.3% lo explica, entre otros factores, el aumento de los capitales externos y su distribución. Como consecuencia aumentó en 15.1% la cartera privada en moneda nacional de la banca múltiple, y como parte del crédito se destinó a financiar importaciones de bienes y servicios, limitó el aumento de las reservas internacionales del Banco Central. Pero esa es otra historia.

 

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