Destituciones terminan conflicto en Portuaria

Destituciones terminan conflicto en Portuaria

POR GERMAN MARTE
Los enfrentamientos entre el ex director de la Autoridad Portuaria Dominicana (APD) y el consejo de administración de la institución culminaron con la sustitución tanto del director ejecutivo, el mayor general (r) José Elías Valdez, como del presidente del Conejo, Lincoln Hernández.

En lugar de Valdez, el presidente Leonel Fernández nombró al también mayor general (r) Francisco Frías Olivencia, mientras que por Hernández fue nombrado Luís Taveras. Los nuevos funcionarios fueron juramentados ayer por el presidente de la República, Leonel Fernández. Y dos horas más tarde fueron posesionados en sus respectivos cargos.

Durante el acto de toma de posesión, Olivencia y Taveras prometieron hacer «una evaluación consciente, profesional y tan profunda como sea necesario para llevar a la institución al nivel más alto posible».

Sin embargo, los funcionarios no quisieron entrar en detalles sobre el enfrentamiento que predominó entre sus antecesores, «lo que pueda haber hacia atrás, eso es cosa del pasado».

En cambio, Taveras adelantó que en los próximos días se reunirán con el presidente para ponerse en sintonía con la visión que tiene el mandatario sobre la institución, y plantearle los objetivos que tienen, pues «los puertos son un mecanismo de riqueza extraordinario».

De su lado, Olivencia dijo que su visión es «institucional», no obstante indicó que más adelante evaluarán todos lo que ya está planificado en la APD. El funcionario respondió en esos términos cuando se le preguntó sobre un programa de asistencia social que tiene la APD a través del cual ofrece ayuda a personas pobres, pero que no son empleados de la institución.

EL CHOQUE

Mientras el hasta ayer director de la APD se quejaba por el «excesivo reunionismo» de los miembros del Consejo de Administración de la entidad, este organismo cuestionaba el uso de recursos de la portuaria en asuntos totalmente divorciados de las responsabilidades propias de la institución como son la repartición de canastillas, apadrinamiento de escuelas laborales y repartir colchonetas entre personas pobres en

lugares tan lejanos de los puertos como La Vega, según explicó a HOY una fuente.

Indicó que el Consejo compuesto por siete miembros, se reunía hasta dos veces por semana y cada miembro, menos el presidente (que tiene sueldo fijo de RD$70 mil) y el director, recibían RD$10 mil por cada sesión. Además, según la misma fuente, cada uno recibía mil pesos sólo para combustibles, en consecuencia, según la fuente, cada miembro del Consejo recibía al mes hasta RD$80 mil en dietas.

Supuestamente, según la fuente, para cobrar más dietas los miembros del Consejo postergaban la discusión de los temas, «mientras más se reunían, más cobraban».

«El director dijo que no, que eso era un abuso», que no se correspondía con la política de austeridad que quería implementar, «mucho más cuando él le había quitado algunos incentivos a los encargados de departamentos que duraban aquí trabajando hasta altas horas de la noche», declaró la fuente a este diario.

Agregó que Valdez también se oponía a la cancelación de mil empleados de la APD como supuestamente pretendía el Consejo.

Otro elemento de discordia entre el director y el Consejo, según la misma fuente, es que el organismo pretendía que se le construyera una oficina a pesar de que hay una en la cual se han realizado siempre las reuniones.

De su lado, el Consejo de Administración acusaba al director de manejar la APD medalaganariamente, «que no le hacía caso a nada de lo que ellos decían».

Asimismo, consideraban innecesario el Programa Portuario de Asistencia Social (PROPASO), mediante el cual la APD le brindaba ayuda a personas pobres de los barrios periféricos y otros aún más lejanos, donde realizaba operativos médicos, apoyo a escuela de artesanía, una escuela vocacional en Palenque y otras zonas rurales.

De acuerdo con la fuente, este programa era orientado por la esposa del ex general Valdez, «se gastaba mucho dinero en este programa, se utilizaba la yipeta de aquí, y eso no estaba bien».

 

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