Destruir al PRD: acabar con la democracia dominicana

<STRONG>Destruir al PRD: acabar con la democracia dominicana</STRONG>

Ha sido el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) durante sus más de 70 años de existencia una escuela democrática, donde un simple militante con respeto podía discrepar del líder histórico de esa organización: José Francisco Peña Gómez.

Peña Gómez cuando fue necesario, agarraba el mallete, y decía: Listo; pero sin atropellar. Cuando fue necesario despojó a muchos de sus candidaturas, pero no los mataba como pollos en granjas, sino que para calmar el “chichón”, pasaba un poco de mentol, contrario a otros, posteriores, que dan el tablazo y se acabó.

En el momento histórico que vive la República Dominicana y el Partido Revolucionario Dominicano, algunos pretenden ayudar a cavar la tumba del PRD, confabulándose con sectores oscuros que siempre han medrado a la sombra de la noche para dar sus zarpazos traperos, y destrozar lo más sano de la Patria.

Son los mismos que estuvieron del lado de la tiranía trujillista; con el golpe de Estado que derrocó a Juan Bosch  aquel 25 de septiembre de 1963; los mismos que estuvieron del lado opuesto a la Guerra Patria de Abril de 1965; fueron colaboradores del fatídico Joaquín Balaguer durante la semi-dictadura que encabezó  el caudillo reformista de 1966-1978; y ahora hacen causa común  con sectores conservadores y del Partido de la Liberación Dominicana, PLD,  que buscan convertir esa organización en partido único  en la República Dominicana para consolidar sus pretensiones autoritarias.

Si esos planes se dan, sería el fin de la frágil democracia que hoy disfrutamos los dominicanos, que aunque con sus imperfecciones, aun la población puede expresarse libremente a través de los medios de comunicación social.

Por el grado de libertad que ha conquistado el pueblo dominicano, consideramos que será muy difícil que logren sus propósitos, lo que buscan destruir al PRD y de paso acabar con la maltrecha democracia dominicana.

Hay por tanto, que elevar una consigna gastada, quizás, pero que en épocas pasadas resonó en los confines de la Patria: ¡Los traidores, no pasarán!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas