Detallan obra Visión Mundial en Suroeste

Detallan obra Visión Mundial en Suroeste

POR ENRIQUE GONZÁLEZ
La extrema pobreza en los bateyes de República Dominicana no sólo provoca hambre, enfermedades, insalubridad, analfabetismo o marginación. Las condiciones paupérrimas en las que viven miles de personas en estas regiones del suroeste del país son además el origen del consumo de drogas, prostitución o el trabajo infantil; prácticas en las que la falta de recursos parece más cruel que nunca.

La organización Visión Mundial, dedicada a la defensa de los derechos de la infancia, lleva muchos años trabajando para que estas comunidades cuenten con mayor nivel de desarrollo y sus habitantes una vida más digna. La erradicación de las peores formas de trabajo infantil, esas en las que los menores son prácticamente esclavizados o  empujados a la prostitución, es uno de sus principales objetivos. Desde el mes pasado vienen trabajando en el Programa Internacional de Erradicación de la Explotación Infantil (IPEC por  sus siglas en inglés) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través del cual se intentará este año que al menos 1,300 niños dejen de trabajar.

“En los bateyes se había invertido poco en la trata y tráfico de menores. El problema es que no se registran estos casos. Cuando preguntamos dicen [los habitantes] que el tráfico de niños no existe”, asegura Juana Díaz, supervisora del programa de trabajo de la organización. El proyecto que acaba de empezar servirá para concienciar y erradicar estas formas de explotación.

La pobreza es la causa “más visible” de que haya menores sometidos a un tratamiento denigrante, según la especialista. Pero considera que el principal es “la influencia de lo cultural”. Muchos de los padres que ahora emplean a sus hijos tuvieron que trabajar durante su infancia y por eso ahora “están convencidos de que trabajando se adquiere los valores que ellos tienen”. Según Díaz, cambiar la mentalidad de los progenitores acerca de este asunto es los más complicado. “No es algo que se pueda conseguir en tres o cinco años. Hay que darles un resultado positivo para que lo acepten”, explica. No obstante, en diez años de trabajo de esta organización “se han conseguido avances”. “El sólo hecho de que el gobierno lo hay incluido en su agenda es un progreso”, concluye Díaz.

El problema cultural se une a la poca sensibilidad de quienes ven en los pequeños una oportunidad de mano de obra barata. Visión Mundial pretende que propietarios de parcelas agrícolas y asociaciones de productores se conciencien de que un menor no debe estar trabajando la tierra. Peor aún es la explotación sexual a la que son sometidas algunas jóvenes, muchas veces consentida por sus padres. Las enfermedades están a la orden del día. El Sida es la principal amenaza para quienes venden su cuerpo por unos cuantos pesos. Dentro del programa se le dedica un capítulo especial a esta enfermedad por la que muchos menores no llegan siquiera a ser adultos.

El programa IPEC se centra en la educación para concienciar tanto a niños, como a padres y empleadores. Gran parte del trabajo se centra en la educación dirigida a menores y a adultos para evitar que se sigan produciendo estos casos.

Otra de las aportaciones de Visión Mundial para conseguir el objetivo de este programa es ayudar a los padres a aumentar la economía familiar. La organización facilita la creación de microempresas a través de prestamos y asistencia técnica, para que las familias generen ingresos suficientes para vivir sin necesidad de enviar sus hijos al campo apara trabajar.

El programa será financiado con más de RD$5,772,000 por parte de la OIT, con una duración de un año. Visión Mundial aporta además RD$2,635,000.

DESARROLLO INFORMÁTICO

La sociedad de la información, es decir, el acceso a Internet a través de computadoras y a las nuevas tecnologías, comienza a dejar de ser algo privado para cientos de niños de las provincias de Bahoruco y Barahona. Desde esta semana los habitantes del municipio de Neyba, Galván y los del Batey 6 pueden “navegar” por la red, al igual que cualquier persona que viva en una ciudad.

La organización Visión Mundial junto al Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) inauguraron el pasado miércoles día 8 tres centros en sendas localidades a través de los cuales sus jóvenes podrán “dar el salto a los núcleos urbanos”, según consideró el director nacional de esta ONG, Claudio Doñé Castillo, el día de la ceremonia.

“Cada vez los pobres tienen menos posibilidades de romper el círculo de la pobreza porque hay muchas barreras, dentro de ellas el acceso a la información”, declaró Doñé antes de anunciar que estas salas estarán abiertas “para todo el mundo”.

Los centros están equipados con 31 computadoras en el caso de Neyba, y con diez en las de Galván y Batey 6. Visión Mundial e Indotel han invertido unos seis millones de pesos, según anunciaron las entidades.

Además de las computadoras, cada aula está equipada con escaners e impresoras, instaladas por Indotel, que también garantizará el acceso a Internet.

Con esta iniciativa, el deseo es que “la diferencia entre un muchacho de Neyba y uno de la capital sólo será la distancia”, según indicó el director nacional de Visión Mundial.

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