Madrid, España.- El próximo domingo se celebraran las elecciones anticipadas para la presidencia de España, perfilándose como ganador el candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy,   de quien se podría decir que pese a su inminente triunfo no es precisamente el más popular. Lo que ocurre más bien es que la coyuntura de la crisis económica de esta nación no le ha dejado otra salida a los españoles que votar por el candidato que realmente no es de su total agrado.

Y es que los graves problemas económicos lógicamente han recaído en el gobierno de turno, de José Luis Rodríguez Zapatero, dejando pocas posibilidades al candidato del Partido Socialista, PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba,  un político de vasta experiencia que cuenta con una gran simpatía  que finalmente no le aportará votos por lo anterior dicho.

Justo o no, los candidatos de los gobiernos vigentes tienen que cargar con los éxitos, culpas y pecados de éstos y es precisamente el caso de Rubalcaba, quien arrastra la aparente mala gestión del PSOE, situación que ha desembocado en un adelanto de las elecciones presidenciales.

El problema es similar a otros países, donde el electorado normalmente cuenta con dos partidos fuertes y sus respectivos candidatos y los electores no tienen realmente opciones para la escogencia, entonces esa frase dominicana “votar por el menos malo” se hace muy palpable, dejando finalmente dudas en torno a si la elección ha sido la correcta. De todas formas, un candidato como Mariano Rajoy, insistente en demasía, que no le quitó “los guantes de la cara” a la gestión de Rodríguez Zapatero durante casi ocho años, no es fácil para ningún gobierno en un clima económico normal, mucho menos, con la gran crisis que arropa  varios países del mundo, entre ellos España, con cinco millones de desempleados. A muchos votantes españoles sin inclinaciones hacia la derecha, no les quedará más remedio que ir a las urnas a depositar sus votos por un candidato que en el fondo les repele.