Habrá muchas más

El descubrimiento del secuestro de tres jóvenes en Cleveland, Estados Unidos, hace suponer que en cualquier parte del mundo otras mujeres están padeciendo crueles cautiverios, muchas de ellas sin esperanzas de ser encontradas con vida.

Durante toda una década  Michelle Knight, Gina de Jesús y Amanda Berry  sufrieron todo tipo de vejaciones dentro de una simple casa, rodeada de muchas viviendas, es decir, no en lugar solitario, en un monte, pero ni la policía sospechó que en esa vivienda  tres mujeres estaban viviendo un calvario de violaciones, maltratos físicos y psicológicos.

Particularmente, se me hace difícil entender que nadie pudiera percatarse de lo que estaba sucediendo en la casa del secuestrador, donde incluso nació una niña, que de seguro como todos los bebés, tuvo prolongados llantos. Al igual que Michelle Knight, quien según sus declaraciones sufrió varios abortos, luego de ataques brutales, con patadas en el abdomen, de parte de Ariel Castro.

Las casas en los Estados Unidos y Europa tienen sótanos, y cualquier psicópata puede hacer un mal uso de ellos.  No es la primera vez, que se descubre secuestros de mujeres, debemos recordar al llamado Monstruo de Austria, que puso en cautiverio durante muchos años a su propia hija, a quien violó y embarazo varias veces.

También este caso, se hace cuesta arriba entender, que toda la familia de ese anormal salvaje vivía en la misma casa. Nunca su esposa, sus otros hijos  escucharon los gritos desesperados de la joven secuestrada, incluso durante el proceso de los partos, que fueron varios. Absolutamente nadie, ni siquiera la propia madre observó alguna conducta extraña en su marido, como por ejemplo, una mayor compra de alimentos, medicamentos, ropa etcétera. ¿Nunca sospechó de nada? ‘ ¡ Qué horror! Todo esto reafirma que existen grandes posibilidades de muchos otros secuestros de mujeres en cualquier parte de este planeta.

En cuanto al secuestrador de Cleveland, Ariel Castro, la sociedad mundial  espera la pena de muerte.