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Está  bien hacer denuncias de las cosas incorrectas, pero cuando alguien decide hacerlo, no sólo deben hacerse públicos los pecados,  sino también los nombres de los que los cometieron, para evitar, valga la redundancia, que paguen justos por pecadores, como ha sucedido con el asunto de los salamis, que por no señalar con nombres y apellidos cuáles son los embutidos que no reúnen los requisitos para ser consumidos se ha originado un rechazo tal, que las empresas que los fabrican  enfrentan problemas serios que provocarían hasta el despido de decenas de empleados de las plantas procesadoras.

Poca gente quiere comer salamis, pues las dudas acerca de sus contenidos son muchas. De igual manera, también ha pasado a la lista negra el azúcar  crema luego que se detectara la presencia de arena en una gran cantidad  importada la que durante meses fue consumida por la ciudadanía que ahora está “chiva”, con la mayoría de los alimentos, pues no se sabe cuándo le están dando gato por liebre.

Mientras se investigue este asunto, gran parte de nuestra población ha tirado a la basura, entre las que me incluyo, toda la azúcar crema que tenía en su despensa con la intención de no comprarla por largo tiempo,  ya que  parece ser que este dulce en ocasiones se mezcla con otras cosas raras que no pueden detectarse a simple vista. En una ocasión  se habló de que se habían encontrado fundas de azúcar parda que tenían pupú de cucaracha.

El azúcar crema, al igual que los salamis, pasará al olvido durante un largo tiempo, al igual  al arroz importado de Estados Unidos con presencia de arsénico que produce diferentes tipos de cáncer y hasta sirve para matar poco, a poco, a cualquier ser humano, aunque ahora digan que no es así.

Estos asuntos no se quedan ahí, también los jugos de famosas marcas extranjeras que tienen  añales vendiéndose aquí,  una investigación ha sacado a la luz pública que dañan la salud y, que incluso niños de menos de seis meses no deben consumirlos, y los mayorcitos, muy poquito.

Es mejor y más barato comprar frutas naturales, esas tropicales que se cultivan en nuestro país, tan sabrosas como guineo,  mango,  guayaba,  lechosa, zapote y la  guanábana y preparar para toda la familia, incluyendo los bebés, deliciosos jugos y compotas sin componentes dañinos, al menos, hasta que se  descubra lo contrario.

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