Una gran parte de los ciudadanos de este país viven aparentemente como si nada pasara aquí,  y piensan y actúan como si no formaran parte de esta sociedad, sino en un mundo irreal donde todas las cosas marchan perfectamente, como en una especie de mundo irreal donde todo los acontecimientos que suceden no les afecta en lo más mínimo.

Por un lado se habla de crisis económica, de alza del dólar, que es sinónimo de devaluación de la moneda dominicana, con todas sus consecuencias. Además, cólera, dengue, suicidios, feminicidios y otras diabluras más, que  no parecen afectar a muchos ciudadanos que viven “felices”,  programando con mucho tiempo de antelación la compra de boletos para entrar a ver actuar a cantantes estrellas internacionales de la canción popular o cualquier famoso. Es que  para un sector minoritario del país, el dinero es muy abundante. Ese asunto de austeridad, es para lo que están jodidos,  para los ciudadanos de algunas naciones de Europa, de las que dicen que se están cayendo a pedazos. Aquí es todo lo contrario, todo es bonanza y bienestar y un gran desarrollo, sobre todo, en el aspecto artístico cultural. Lo que se evidencia, pues  cada día que pasa se filma una nueva película de producciones millonarias, se estrena un nuevo musical, y hasta opera y opereta en un país lleno de analfabetos harapientos que viven en la miseria total. Pero todo está muy bien, requetebién, no entiendo por qué muchos se quejan cuando suben los precios en los supermercados, la gasolina, los pasajes áereos y una serie de impuestos y servicios diversos como el teléfono, telecable, etcétera, porque justo aquellos que son indolentes con la pobreza del prójimo, son los que más se quejan, pero tampoco protestan, pues el egoísmo les hace pensar que se tiren a las calles otros, los jodidos.

Entendemos  que la culpa no es del actual gobierno, pues dicen que heredó un país, sino quebrado, casi.  La verdad es que la  República Dominicana es muy rica, pero la gran parte de su población muy pobre.