Mejoría visible
MADRID, España.- De regreso a esta ciudad, he coincidido con un fin de semana largo, del Día Internacional del Trabajo, que fue aprovechado por unos seis millones de españoles para viajar a diversos puntos del país y del extranjero, en unas breves vacaciones, que también disfrutaron, hace menos de un mes, en la Semana Santa.
Estos desplazamientos vacacionales, entre otras cosas, podrían significar que la crisis económica de España ha cedido un poco y el ánimo de la gente puede observarse más alegre y relajado.
Otros síntomas positivos son los restaurantes y los bares llenos; los centros comerciales con nuevos bríos, sin cierres de locales, como hasta hace poco, muestran un mayor movimiento de consumidores que al parecer han dejado un poco la austeridad y comienzan a adquirir prendas de vestir, artículos para el hogar, celulares etcétera.
Todavía, según los economistas, la crisis durará unos años más, pero lo importante es que poco a poco la economía española comienza a dar señales de vida, aunque muy lentamente, sobre todo en materia de empleos, pues el número de parados sigue alto, alrededor de unos cuatro millones de personas, situación que ha obligado a muchos españoles emigrar al extranjero, principalmente a países de la Comunidad Europea, como Alemania, Inglaterra, Bélgica y otros.
La crisis también obligó a miles de inmigrantes de América Latina, entre ellos muchos dominicanos, ecuatorianos, bolivianos a regresar a sus países de origen. Otros afectados son los de Europa del Este, especialmente, los rumanos.
En general, mucha gente ha resistido los embates de la brutal caída económica de este país,
En fin, ha sido un problema que persiste y será difícil volver a la abundancia económica que España exhibió durante varios años, como el boom inmobiliario, cuando miles y miles de ciudadanos españoles y extranjeros adquirieron viviendas a precios realmente sobrevalorados.
Cualquier apartamento hasta de 60 metros, llegaba a costar 300 mil euros, unos 15 millones de pesos dominicanos. Todos los que compraron, de repente vieron como su propiedad apenas valía en el mercado inmobiliario la mitad de lo que habían pagado, y menos.
Los sueños dorados terminaron con una significativa caída fatal, porque la gente se acostumbró a la abundancia, que muchas veces conlleva despilfarro y un consumismo incontenible.
España tiene recursos económicos para levantarse nuevamente.