¡Cuantos cuartos!
MADRID, España.- Cuando una lee o escucha que alguien en este mundo loco y complicado ha pagado en una casa de subasta de arte, la suma de unos 160 millones de dólares por un cuadro del pintor español Pablo Picasso, se queda con la boca abierta y el espíritu lleno de indignación, pues de inmediato la mente recorre la pobreza extrema que invade a tantos seres humanos en este planeta llamado Tierra.
El comprador, por cierto desconocido, que pagó tan alta suma por la pintura de Picasso, si tuviera conciencia social, le fuera mejor haber donado ese dinero a Nepal, donde el drama humano conmueve, y a otros países donde la gente hasta come tierra para calmar el hambre.
Las mujeres de Argel, rompió el récord de cifra por la venta de una obra de arte.
La explicación ha sido que en el mercado actual no hay muchas obras de arte para vender, por lo que los coleccionistas cuando hay alguna obra en venta se la disputan por adquirirlas.
Hasta hace unas cuantas décadas los millonarios en el mundo eran pocos, de hecho se hacían famosos en todas partes por sus fortunas, era un privilegio para unos cuantos, como los Rockefeller, los Hilton, y otros.
Ahora, las cosas han cambiado, se llenarían varios volúmenes de libros con sus nombres, la mayoría desconocidos, pues no figuran en los medios, algunos prefieren vivir en bajo perfil, pasar desapercibidos con sus dineros apabullantes en muchas ocasiones mal habidos, pues las fortunas, algunas hechas lícitamente y otras muy oscuras.
Antes, la mayoría de los millonarios provenían de varias generaciones de familias ricas, como producto de años de trabajo. Hoy día, cualquier narcotraficante, político corrupto, mafioso en un solo año adquiere bienes con valores exorbitantes.
Volviendo al tema de las subastas de obras de arte, en la que se vendió el cuadro de Picazzo también fue adquirida una escultura de Giacometti, nada más y nada menos que en 126 millones de dolares. Bueno….
Prefiero al multimillonario chino de nombre Li Jinyuan, quien abada de regalar a más de seis mil de sus empleados un viaje a Paris, la Costa Azul francesa, con todos los gastos pagos, incluyendo hoteles de lujo, con motivo del 20 aniversario de sus empresas.
Li Jinyuan ha fletado 80 aviones, trenes para sus empleados e incluso durante los días que ellos estén en París cerrarán al público la Torre Eiffel y el Museo Louvre.
Bueno, tiene más lógica que comprar el Picasso. Hasta el próximo martes.