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Racistas malvados

MADRID, España.- El padre de los niños que murieron ahogados, junto a su madre, en la costa suroeste de Turquía, había solicitado al gobierno de Canadá un permiso para emigrar con su familia a ese país, donde viven parientes suyos.

Desgraciadamente, la solicitud le fue denegada, lo que obligó a Abdulah Kurdi a buscar otra forma de poder escapar junto a su familia de los horrores de la guerra que se escenifica en su país de origen, Siria.

La única opción fue subir junto a su joven y bella esposa e hijos, en una frágil embarcación con la esperamza, al igual que muchos otros, de que les llevara a un lugar seguro, que finalmente no pudieron alcanzar.

Abatidos por fuertes olas que arrebataron las vidas de su mujer y sus pequeños niños, Abdulah quedó solo en medio de un gran dolor, pensando que si Canadá le hubiese dado asilo, la tragedia se habría evitado.

Es precisamente ese país el que les niega asilo a cuatro personas desesperada, pero, es una de las principales naciones que mantiene una tremenda presión internacional contra República Dominicana para que acepte a millones de haitianos ilegales, que ellos no quieren en su territorio porque en el fondo son unos racistas malvados.

Ahora, Europa se ha vuelo loca con la llegada de miles de emigrantes provenientes de diversos lugares, de países en guerra, quienes buscan desesperadamente lugares de acogida donde vivir, todo un drama.

Las imágenes que conmueven y que arrancan lágrimas de impotencia, de miles de gentes, entre ellos niños solos, que sus padres murieron, caminando de un lugar a otro, recorriendo Siria, Hungría, Austria, cientos de kilómetros, me recuerdan el pasaje bíblico del Exodo.

Después de meses de calvario, por fin, algunos gobiernos europeos se han conmovido con las imágenes del pequeño niño ahogado y han decidido acoger a unos miles, que siempre serán pocos, apenas la cantidad llegaría a unos 50 mil, donde hay como un millón esperando.

Sin embargo, varios de ellos, como Francia, quiere que República Dominicana acoja a 10 millones de haitianos, pese a que en nuestro país, ya viven como cuatro millones, la mayoría ilegales.

Además de que el territorio dominicano es muy pequeñito en comparación con el europeo. Ellos quieren dar al mundo lecciones morales y humanas, que hipócritamente pregonan, pero no practican.

Que triste y lamentable realidad.

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