MADRID, España.- Lo acontecido el domingo en Cataluña, especialmente en su capital Barcelona, fue un desafío, una provocación total al Gobierno de España, que se vio obligado a recurrir a organismos de seguridad del Estado, los que en su afán de mantener el orden y evitar las votaciones se enfrentaron a grupos violentos resultando unos 800 independentistas heridos, entre ellos policías.
En una espiral de desobediencia total al Estado español, los separatistas tomaron varios locales de importancia, entre ellos colegios, universidades donde durmieron hasta llegar la hora del inicio de las votaciones, finalmente convertidas en un total disparate, que nada tiene que ver con el verdadero significado de la palabra referéndum, pero que sí lograron objetivos que los secesionistas habían planeado como formar un gran caos, la violencia, con las víctimas deseadas, y ser protagonistas inocentes en los medios de comunicación internacional, dañando la imagen de España.
No conforme, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, insiste que mañana declarará la región autónoma que preside, como la República Catalana, insistiendo que esa acción la llevará a cabo unilateralmente, lo que a su vez conllevaría una mayor represión de los cuerpos del orden público, pues como ha de entenderse, ningún Estado cede, regala parte de las tierras que le pertenece, en este caso, durante siglos. Fraccionar territorialmente, de manera ilegal, a un país, es una decisión muy seria, que podría motivar enfrentamientos peligrosos, que en el caso de Cataluña, podría traer al presente los recuerdos de la historia triste de la Guerra Civil Española, que a pesar de los años transcurridos, todavía el odio, el rencor de los descendientes de aquellos que perdieron la vida en ese episodio tan sangriento, se siente en el aire, amargados, no pueden, ni quieren olvidar.
El concepto internacional que se tiene de España, y los españoles, es de unidad. Desde lejos muchos creemos que todos tienen iguales sentimientos por su patria, pero no es cierto, tal unidad no existe, cada quien tira a su región. No debemos olvidar que el grupo terrorista ETA cometió durante años una serie de asesinatos en nombre de la independencia del País Vasco, una de las regiones más bellas de España, donde todavía muchos tienen en mente separarse de la llamada Madre Patria.
Los vascos están a la espera de los resultados en Cataluña, para volver a sus andadas separatistas. ¡Qué pena!