MADRID, España.- La célebre frase: “El fin justifica los medios”, puede aplicarse a la forma o estrategia utilizada por el representante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, para lograr sorpresivamente, de la noche a la mañana, convertirse en presidente de España.
Sánchez, quien anteriormente ya había sido candidato por su partido en elecciones generales para la presidencia, perdiendo en todas, y con encuestas recientes a la deriva, por fin ha hecho realidad su obsesión presidencial de manera astuta, fría, sin importarle la situación actual de España, enfrentada con los independentistas catalanes y los partidos anticapitalistas de izquierda, con quienes se ha apoyado para obtener algo que en el fondo no le corresponde, pues no ha sido votado por la gran mayoría de los españoles.
Su llegada desconcertante a la presidencia, es consecuencia de la sentencia condenatoria a casos de corrupción vinculadas al Partido Popular, hecho que aprovechó para introducir en el Congreso de los Diputados una moción de censura contra el presidente Mariano Rajoy, obteniendo los votos necesarios de fuerzas políticas que hasta hace unos días, el propio Sánchez enfrentaba, pero, ahora son sus aliados.
Los españoles están en ‘shock’ por lo ocurrido, se sienten temerosos de las consecuencias que se puedan derivar de estos “apoyos”, que tienen como ruta la independencia de Cataluña, el sistema anticapitalista o de izquierda, que podrían hundir nuevamente a España en una gran crisis, similar a la dejada por el gobierno del PSOE que encabezó el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Si bien es cierto que el Partido Popular de Rajoy ha sido tildado de corrupto, no es menos cierto que otros partidos también. Es importante repudiar a los partidos corruptos a través de la justicia, imponer castigos, negarles el voto.
El ex presidente Mariano Rajoy y su gente no son santos, son culpables de lo sucedido. Imperdonables e irresponsables, sobre todo Rajoy, él sabía que su barco se hundía, y no dimitió, debió convocar a elecciones. Ha dejado a España en una incertidumbre.
Los “apoyos” que han llevado a Pedro Sánchez a la presidencia de España no gustan, y preocupan a la mayoría de los españoles, quienes saben que no son gratis, que pedirán “recompensas”.
Ojalá que la sensatez impere.
La solución de la crisis está en convocar a elecciones. Nunca debemos olvidar que: “Un mal, no se combate con otro mal”.