Detalles: Mal ejemplo

Detalles: Mal ejemplo

MADRID, España.- Bajo el alegato de “crimen pasional”, miles de hombres abusadores han quitado la vida a sus esposas, compañeras sentimentales o exparejas, luego que ellas decidieran separarse, casi siempre por maltratos físicos y sicológicos.
No existen razones suficientes para asesinar a una mujer indefensa, ni las infidelidades que dan pie a los celos, o las confrontaciones, pues siempre habrá una salida razonable para una separación. Por más ofendido que un hombre pueda sentirse, no es una excusa para quitarle la vida a una mujer, una acción criminal con consecuencias familiares terribles.
En la República Dominicana las cifras de feminicidios han aumentado entre mujeres de 18 a 40 años de edad, al igual que en España, donde la violencia machista es pan de cada día, y hasta las ancianas son asesinadas. Casi a diario matan a una mujer, ahora, con una modalidad espantosa, pues los hombres también eliminan a los hijos, siempre niños pequeños, y luego se suicidan; los que no, purgan de por vida su crimen en la cárcel.
En la República Dominicana, el feminicidio no conlleva penas duras. A los pocos años los asesinos andan por las calles, sobre todo cuando se trata de una persona conocida, un político, adinerado, altos funcionarios, deportistas, e incluso hay quien ha matado a su exesposa y aun así recibe reconocimientos y homenajes de parte de la sociedad deportiva.
Es una vergüenza, una desconsideración, no sólo a la víctima, sino a sus hijos y todo su entorno familiar. No se puede premiar a un sujeto que ha cometido un acto vil, por el cual nunca ha pedido perdón. La sociedad no puede aceptar este tipo de conducta, pues es un mal ejemplo para todos.
Las mujeres dominicanas están dolidas, pues no se repudia a una persona que fríamente le quitó la vida a quien fuera su esposa como si fuera a un animal a quien nadie llora, ni se le obliga a pagar su crimen. Al menos, la gente no olvida, y el pasado siempre vuelve, por lo que la polémica en torno a este caso está servida.
Cuando la justicia no funciona, el descrédito popular actúa.

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