MADRID, España.– El pacto sobre migración propuesto por las Naciones Unidas ha encontrado un firme rechazo de parte de varios de los gobiernos de países que en cierta forma están saturados del alto flujo de migrantes ilegales que llegan a diario a sus territorios.
Algunas naciones de diversos continentes se están saturando por la constante llegada a sus territorios de emigrantes ilegales, quienes abandonan sus países de origen por causas diversas, entre ellas, la pobreza, las guerras, gobiernos dictatoriales y muchos otros. La Organización de las Naciones Unidas busca a través de un pacto mejorar la situación de los emigrantes a nivel mundial, pero algunos gobiernos consideran que son ellos quienes tienen que decidir la suerte de los extranjeros que llegan ilegalmente a sus territorios.
Uno de esos gobiernos opuestos al pacto de la ONU es Estados Unidos, que a través de su embajadora ante el organismo internacional, Nikki Haley, no ha apoyado el convenio, argumentando bajo el lema nacionalista de “América primero”, que las decisiones migratorias y de refugiados en su nación es competencia solo de los norteamericanos a través de sus políticas de inmigración. Su presidente, Donald Trump, le ha ordenado retirarse del proyecto que busca alcanzar un pacto para la gestión humanitaria de los movimientos migratorios. Otro Gobierno que no firmará dicho pacto de las Naciones Unidas es la República Dominicana, que en las últimas décadas está azotada por una fuerte migración procedente del país vecino, Haití. Además, en los últimos años, también ha recibido, en menor cantidad, a venezolanos, cubanos, centroamericanos y otros, sin tener grandes recursos para hacer frente a las necesidades cotidianas de todos. Realmente no tiene repuestas para ellos en ningún plano, pues también tiene una alta población de dominicanos sumidos en la pobreza con una calidad de vida baja. Claro está, que esos migrantes proceden de países con problemas más graves, como Haití y Venezuela. En la República Dominicana al menos se goza de libertad en todos los sentidos, y una cierta estabilidad económica y social, un país donde se puede adquirir todos los medicamentos necesarios, comida, supermercados abundantes, aunque muy elevados de precio, que les falta a los venezolanos y a los haitianos. Por todo esto, la población dominicana le ha pedido a presidente Danilo Medina no firmar el acuerdo de las Naciones Unidas, sino continuar ejecutando con las leyes migratorias de RD.