BRETAGNA, Francia.- Europa es la cuna de la cultura occidental, un continente pequeño, pero grande en acontecimientos históricos, culturales, sociales que han aportado espectaculares logros a la historia de la humanidad.
Caminar por cualquier rincón de Europa es un verdadero privilegio que a ningún visitante defrauda, no importa el país, si es Italia, Francia, España, Portugal, Croacia, Dinamarca, Rusia, la República Checa, etcétera, todos -sin excepción- están llenos de lugares encantadores e inolvidables, por su arquitectura antigua, sus frondosos árboles, y sus tierras que en diversas épocas han sido escenario de constantes guerras que las han estremecido, pero no las han podido destruir; todo lo contrario, han convertido al llamado Viejo Continente en un gran patrimonio diverso, lleno de conocimientos del mundo.
Millones de personas visitan Europa anualmente, y escogen casi siempre como destinos sus capitales o ciudades más importantes, olvidando -obviando- los pueblos, lugares que son verdaderas joyas históricas, con paisajes bellísimos de vegetación diversa y abundante. Algunos, como los de Loira, son verdaderos jardines kilométricos con flores de variedades que recuerdan a las regiones tropicales.
La región del país del Loira, que ha inspirado cuentos y leyendas y sido escenario de grandes hechos reales, como la Guerra de los Cien Años, con Juana de Arco como protagonista de excepción, que luchó y venció a los ingleses, según la Iglesia católica, por inspiración divina.
Al final, los ingleses la apresaron, y luego de un juicio al estilo de la Inquisición, la acusaron de bruja, satánica y la condenaron a morir en la hoguera. En torno, a esta muerte existen varias leyendas. Juana de Arco es la patrona espiritual de Francia, y los franceses honran y recuerdan a esta santa a través de varias calles, que llevan su nombre.
Otra región, Bretagna, transporta al visitante a la Edad Media, con sus construcciones de piedra, sus castillos y catedrales llenos de arte, una excelente conservación de la arquitectura típica de la época medieval. El buen mantenimiento de las casas de madera rodeadas de una espesa vegetación es un rico patrimonio cultural, con antiguas murallas, empedradas calles, y cascos antiguos que mantienen su esencia. Su capital, Rennes, es una de las ciudades más bonitas del planeta tierra, con sus estrechas calles adoquinadas, y lo mejor de todo, un clima templado.
Recorrer estos lugares, además de deleitarnos, nos brinda lecciones de conocimientos históricos culturales importantes.