Emely Tueni 
MADRID, España.-Con un interesante y variado programa de actividades el prestigioso Museo del Prado celebra sus 200 años de creado, exhibiendo en sus viejas y restauradas salas obras maestras de los artistas más célebres de diferentes épocas.
El Prado, es considerado como la más importante pinacoteca del mundo, pues en sus paredes exhibe obras de artistas geniales de diferentes periodos de tiempo, estilos, y escuelas occidentales, como Velázquez, Durero, Goya, Murillo, Del Bosco, Tiziano, Rubens, Va Dyck y cientos de nombres mas.
Unas 8 mil pinturas forman parte del extenso catalogo de El Prado, una colección que la hace acreedora de ser el museo de arte más valorado por los entendidos en pintura universal, quienes entienden que en esta institución pueden observar un número elevado de obras famosas como por ejemplo, Las Meninas, Los Borrachos, Las Hilanderas, La Fragua de Vulcano, y del maestro Diego Velázquez. Asimismo, La Inmaculada Concepción, todas las vírgenes de Murillo; las Majas, las Pinturas Negras, Los Fusilamientos, de Goya; el Jardín de las Delicias, del Bosco; Las tres Gracias de Rubens; Artemisa de Rembrandt; la Adoración de los pastores, del Greco; el Descendimiento de Van der Weyden; David de Caravaggio y muchísimas más, que en simples visitas no se pueden conocer.
Todas las escuelas pictóricas, como la italiana, están presente en las paredes de El Prado con excelentes trabajos de Boticelli, Caravaggio, Rafael, Veronese y Tizziano. La Escuela Italiana es la segunda en importancia en el Museo del Prado, por detrás de la española.
Miles de personas han visitado en estos días la institución artística, situada en unas de las zonas más bellas y elegantes de Madrid, cuya exposición principal se denomina Museo del Prado 1819-1919. Un lugar de memoria.
Su título muy adecuado puesto que a través de las obras expuestas los visitantes pueden recorrer varios siglos pasados, tanto cultural, social y político. Las obras pertenecientes al Prado, en principio fueron propiedades de reyes, aristócratas o empresarios ricos, que las habían adquirido para exhibirlas en sus palacios o casas particulares que habitaban. Con el transcurrir de los años fueron donadas al Museo del Prado, de igual manera que a las demás instituciones similares. Gracias a esas donaciones el público en general tiene la oportunidad de admirar obras maestras que han servido durante más de 200 años de fuente de investigación, de inspiración, de artistas jóvenes, escritores e intelectuales.
