Muchas personas creen y comentan que estamos llegando al llamado fin del mundo. Tienen la percepción de que los acontecimientos bélicos que se escenifican actualmente en Medio Oriente originarán toda una hecatombe mundial.

Sin embargo, el pesimismo no debe llegar tan lejos, pues desde siempre, en mayor o menor grado, este mismo panorama ha existido y las guerras por causas diferentes han estado presentes durante siglos, al igual que las enfermedades y la miseria, pues por más avances de la humanidad, siempre habrá hombres y mujeres cuyas esencias es la maldad.

Los conflictos armados prefabricados azotan parte de la geografía mundial, y todo indica que las guerras continuarán en regiones que las potencias necesitan tener bajo fuego. Las excusas son múltiples y efectivas. En el fondo, las conveniencias de los hacedores de guerra son muchas, entre ellas activar un mercado de armas billonario que tienen en sus manos países del primer mundo y otros que no lo son.

Siempre habrá un tema nuevo para justificar los enfrentamientos que suelen convertirse en masacres injustas de gentes en su mayoría inocentes de las tramas en las que se tejen alrededor de ellos.

Los argumentos últimos de guerras prefabricadas, han sido la elaboración de armas nucleares en Irak, que luego se demostró que no era cierto.

Las llamadas “Primaveras Árabes”, los lanzamientos de cohetes de Hamas a Israel y las repuestas abominables del Ejército judío que mató a cientos de civiles entre ellos niños.

La guerra civil en Siria, gobernada por el dictador Bassar Al Assad, y anteriormente por su padre, igual de criminal.

Ahora, la nueva excusa se llama la Yihad. Un grupo de fanáticos que basados en métodos de terror quieren crear un Estado Islámico. Sus miembros los yihadistas se especializan en cortar cocotes y otras partes del cuerpo humano. ¡Dios mío!

Mientras, tienen loco a Barack Obama y a sus aliados, que hoy día deben estar maldiciendo a George Bush padre e hijo, por haber inventado invadir a Irak, donde les salió un “tremendo alacrán”, donde, han conocido el verdadero rostro del diablo, porque la peor lucha de toda es el fanatismo, venga, de donde venga.

Amigos, nos reencontramos en la próxima semana.