Después de unos 14 años tratando de mostrar una imagen digna al cargo que representa, la reina Letizia, en un impulso de rabia, en apenas unos segundos mostró lo peor de su personalidad, su mal carácter, al humillar públicamente a su suegra, la reina emérita Sofía, por el simple hecho de querer fotografiarse con sus nietas, luego de haber asistido a la misa de Pascua de Resurreción.
Tanto esfuerzo por demostrar que ella no es lo que el rumor popular señala, una persona distante, arrogante, rígida, soberbia y antipática, para que en un abrir y cerrar de ojos, en un arranque violento frente a una anciana, madre de su esposo, quitarse la careta, como si fuera una vecina de cualquier barrio con ademanes histéricos, que fueron frenados por un visiblemente preocupado y nervioso rey Felipe VI, que no daba crédito a la escena montada por su mujer. ¡Qué espectáculo!
Las imágenes rápidamente se difundieron por las redes sociales, por todos los noticiarios televisivos, programas de opinión del planeta Tierra, que trajo como consecuencia un fuerte rechazo a la reina Letizia cuya popularidad nuevamente se desplomó, pues según la encuesta de un prestigioso diario, de cada diez españoles, nueve se han puesto en su contra, afectando visiblemente a la monarquía y posicionando a los españoles a favor de la reina emérita Sofía, a quien pese a ser griega, aman, respetan y admiran con locura, sentimientos que la reina Letizia, aunque es española, nunca ha despertado en los ciudadanos, ni apoyo; siempre la han mirado con recelo.
Luego de la “pela de lengua” de Letizia a Sofía, la primera su primera aparición en público no fue afortunada, ya que a su salida luego de asistir a una actividad, un grupo de personas la esperaron en la calle para abuchearla e insultarla, de modo que ella sufrió en carne propia la humillación que le hizo a su suegra de casi 80 años de edad.
La Casa Real, consciente del grave problema, y para acallar la opinión pública, ideó que las dos reinas fueran vistas juntas cordialmente visitando al rey emérito Juan Carlos, a la entrada del hospital donde ha estado ingresado. Las más recientes, con las nietas, en imágenes amables, una farsa montada, un circo, como si la gente fuera estúpida.
Las nuevas imágenes de Letizia y Sofía recuerdan el eslogan de los hippies, “paz y amor”.