Detalles: Un desfile controvertido

Detalles: Un desfile controvertido

Mostrar la variedad de la riqueza cultural que integran las tradiciones populares, el folclore, es la finalidad principal del Desfile del Día Dominicano, evento que desde hace 36 años lleva escenificándose en Nueva York, una ciudad importante de los Estados Unidos, que acoge a un millón de dominicanos y descendientes.
El “Dominican Day Parade” no surgió de la noche a la mañana. Sus inicios fueron difíciles, pero gracias a varios años de trabajo y perseverancia de un grupo de emprendedores dominicanos se logró que esa manifestación pública de los valores culturales se convirtiera en una realidad que anualmente reúne a miles de compatriotas en un evento que es patrimonio promocional de los emigrantes y descendientes de dominicanos en la llamada Gran Manzana.
Ese grupo de personas logró, por amor y recuerdo de su patria, que los nacidos en Quisqueya y sus descendientes tuvieran su propio desfile y también se dedicaron a integrar a la comunidad en la búsqueda de acceso a una educación de calidad, y otros derechos importantes, que han ayudado a integrarse debidamente a los dominicanos y sus descendientes en la llamada Gran Urbe.
El desfile recién realizado tuvo un matiz de controversia, el Instituto Duartiano se opuso a que una delegación haitiana participara en el evento dominicano, donde finalmente los haitianos se sirvieron con la cuchara grande, llevando hasta fotos gigantes de personas que actuaron en el ámbito internacional en contra de la República Dominicana y su gente, alegando racismo y xenofobia.
Particularmente pienso, que si querían participar en el desfile debieron respetar, no tomarlo de tribuna para denuncias maliciosas, acomplejadas y envidiosas.
Entre los promotores de la participación haitiana estuvo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, un atrevido que no tenía que meterse en un asunto que compete a los dominicanos.
También los del comité organizador del desfile dieron el visto bueno, unos inconscientes, quienes ojalá que un día no tengan que arrepentirse.
Con todas las razones del mundo, previamente al desfile se hizo un boicot por lo que muchas carrozas y comparsas, y otros grupos no desfilaron, desluciendo la actividad, en apoyo al sentir de la mayoría de la comunidad dominicana y al Instituto Duartiano. Es entendible que ahora se pida la renuncia de la señora que preside el comité de la organización del Desfile Dominicano en Nueva York, patrimonio del millón de compatriotas que residen en la Gran Manzana.

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