POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
Los parques se construyen para la recreación y desarrollo cultural de las personas. Sin embargo, hay algunos que han sido escogidos para ventas de buhoneros y actividades de sectas religiosas, y al ser descuidados por las autoridades pertinentes, se acelera su proceso de arrabalización.

Entre ellos está el parque Enriquillo, el primero que fue inaugurado por un presidente, el dictador Rafael Leonidas Trujillo, el 17 de agosto de 1930, con un perímetro de 1.025 kilómetros cuadrados y suelo adoquinado.

Desde los ángulos de cada lateral parten los caminos que conducen hasta el centro, donde está la glorieta redonda de concreto, la cual tiene cinco columnas góticas formando arcos, en cuyo parte superior presenta símbolos musicales. De allí parte una moldura en forma pentagonal que tiene una balaustrada normal, dividida por muros altos que rematan con jarrones, la cual rodea un techo cóncavo culminado por un montículo estriado.

Fue construida en un alto que tiene siete escalinatas de ocho peldaños, separadas éstas por dos concavidades, una arriba de la otra, que encierran un espacio de terreno con gramas.

También, los pasillos encierran otros espacios de terrenos con árboles centenarios y gramas, que a los lados presentan varios bancos de hormigón armado y otros de hierro.

Y de todos lados, partiendo del centro, se observa un espacio circular que centralmente lo divide un bordeado curvo de concreto de medio metro de alto, con bancos en cuyo centro se aprecia una antigua fuente de agua, hoy seca.

En los laterales que dan a las calles Ravelo y Caracas se observa un espacio cuadrado, cerrado con verja de hierro y concreto, en el cual se encuentra una caseta con persianas del mismo material donde hay una bomba de agua del acueducto.

Aparecen otros caminos laterales bordeados con un corto muro de medio metro de alto curvados, los cuales el público los utiliza como asientos. Además, es el único parque que en cada uno de los tres principales laterales tiene casetas de buhoneros que expenden artículos de todas clases.

Por el lado que da hacia la Duarte hay un espacio redondo abierto, con entrada y salida en forma curva, separados por dos cortos muros que unidos encierran un hueco de terreno con gramas, los cuales rodean otro espacio en cuyo centro está levantada una columna cuadrada de hormigón armado con estrías, que en su tope luce el busto del indómito Cacique Enriquillo.

PARQUE ROSA DUARTE

El otro parque es el Rosa Duarte, ubicado en la calle Tunti Cáceres con Amado García Guerrero, inaugurado con el nombre de Braulio Álvarez, el 29 de diciembre de 1938.

Hay cuatro entradas de suelo adoquinado encerrando espacios con gramas y matas, donde hay pocos bancos de hormigón armado, postes de luz y casillas con ventas de frutas y otros.

En el lateral izquierdo aparece un espacio cuadrado con rejas de hierro y concreto que encierran una caseta con persianas del mismo material, donde se encuentra instalada una bomba de agua del acueducto.

El centro de este parque es el único que tiene una glorieta redonda sin techo, formada por ocho muros rectangulares cortos a modo de pilastras, que con otras columnas redondas paralelas sostienen una estrecha cubierta que en forma circular deja en el medio un espacio abierto.

Su superficie está adoquinada y tiene entradas con escalinata de dos peldaños en cuyos lados se aprecian concavidades de terrenos con gramas.

Todo el vértice de la esquina Tunti Cáceres con 27 de Febrero, que es de forma curva, tiene el bordeado de un muro de piedras talladas con dos metros de alto, construido a esa altura debido a que allí la superficie del terreno tenía esa elevación, por lo cual la acera está inclinada.