MADRID, ESPAÑA.- Cada vez que se gestiona la paz entre los judíos de Israel y los palestinos, cuando el mundo comienza a tener la esperanza de que entre ellos se haga realidad la convivencia pacífica, inesperadamente suceden acontecimientos que diabólicamente son manipulados para hacer estallar de nuevo un infierno, manejado astutamente por los dueños del mundo, de la humanidad, tan poderosos que pueden aniquilar todo lo que represente para ellos un estorbo para sus planes expansionistas.
La excusa más reciente, el asesinato de tres jóvenes judíos, y posteriormente la quema de un joven palestino de 16 años. Todavía no se sabe quiénes hicieron estas barbaries, pero, como decía Juan Bosch, en política hay cosas que se ven, y otras no. Muchas veces los dirigentes de estados poderosos, cuando desean obtener algo, o excusarse para lograr objetivos que en la mayoría de los casos la ciudadanía no aprueba realizan, para convencerles, acciones terribles e inimaginables, que llegan a fomentar especulaciones de tumbar torres, destruir Irak, pues como decía Maquiavelo, “el fin justifica los medios”.
El asesinato de los jóvenes judíos le vino como anillo al dedo al primer ministro Benjamín Netanyahu, para hacer la masacre palestina que ordenó a su ejército, mientras, los de Hamas, irresponsables, le hacen el juego, lanzando unos “coheticos chinos”, y -agonizando- la población civil queda en medio de estos criminales que actúan igual de sanguinarios, como Hitler, asesinando cobardemente a niños inocentes. En “tiempo normal”, la organización Amnistía Internacional les ha denunciado por cometer constantes abusos y acciones arbitrarias y brutales a niños palestinos
También, antiguos soldados del Ejército de Israel, hoy arrepentidos de sus acciones cometidas, han contado que cuando los soldados y sus jefes israelitas están aburridos se entretienen entrando a territorios palestinos, provocando a los niños, para que estos les tiren piedras, una excusa para luego esposarles las manos, taparles los ojos y durante horas dejarlos arrestados. Una gran lección física y psicológica para niños menores de nueve años de edad y más. Una verdadera escuela para fomentar más odios y crear a los llamados terroristas. Particularmente, no sé cuál de los dos bandos lo es más. Algún día se sabrá, pues no siempre la balanza del poder económico se inclinará a favor de los poderosos que tienen casi todos los medios de comunicación en sus manos embarradas de sangre inocente.