Detalles. Hasta el tope

Detalles. Hasta el tope

Doha, Qatar.- La mayoría de las naciones poderosas, ricas, dicen estar hasta el tope de emigrantes, y que no quieren más, y algunos de ellos, comienzan a apretar aún mas las medidas que puedan cerrar las entradas a sus territorios a extranjeros, principalmente pobres e ilegales.

Estados Unidos, Canadá, junto a países europeos como Francia, Bélgica, Alemania, Holanda, Dinamarca. Suiza, Italia toman medidas drásticas para los nuevos inmigrantes, a quienes les invitan a salir, de formas diferentes, de sus países, pues consideran que no tienen los recursos necesarios para satisfacer las necesidades de empleos, salud, educación etcétera.

La rica Alemania, el gobierno de Ángela Merke ha referido abiertamente que definitivamente no les interesa una emigración pobre y tiene en la mirilla a los rumanos y a los búlgaros, que proceden de los países mas necesitados económicamente de la vieja Europa.

Contrariamente a esos países ricos, la República Dominicana, un país pequeñito del Caribe, y como dicen los del Primer Mundo, despectivamente, un “país bananero”, parece ser que es muy rica y que tiene muchas fuentes de empleos, salud pública, educación para los emigrantes, entre ellos muchos ilegales, al menos, es lo que aparenta.

Las voces de tantas abundancias en “La tierra prometida dominicana”, ha motivado que una multitud de emigrantes infelices atraviesen su frontera para saborear las mieles de tan generosa tierra y, encontrar la tranquilidad que no encontraron en su país, aunque voces maliciosas y malvadas digan lo contrario.

Ahora, la vaina está, es que esos emigrantes se han pasado llegando en grandes cantidades en las “camionas”, desbordando con su presencia todo el territorio nacional, para que luego alguna asociación formada por cuatro gatos y un ratón, amenace hasta al Presidente de la República, y otra diga que los dominicanos estábamos buscando que los haitianos nos saquen del país, como lo hicieron con los franceses. ¡Ofrézcome, hasta nos amenazan con sacarnos del país! ¿Y es fácil? Que vengan a ver si el gas pela. Piensan que en República Dominicana no hay hombres. Pues sí, que los hay, y mujeres valientes también.

La mayoría de los haitianos que viven en República Dominicana dicen amar esa tierra donde nadie les maltrata. Ellos están en desacuerdo con su presidente Martelly, un agitador de baja calaña, cuya gestión presidencial ha sido un fracaso, culpable de que sus compatriotas hayan tenido que abandonar su país.

 

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